Los especialistas del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés) en Pasadena (California, EE.UU.) lograron crear en la Tierra una atmósfera que se parece a la de un tipo especial de planetas extrasolares, denominados ‘jupíteres calientes’.
Un exoplaneta orbita no el Sol, sino otras estrellas. Por su parte, los jupíteres calientes giran alrededor de sus estrellas a relativa corta distancia y el período de la rotación completa dura solo 10 días. Su cercanía a las estrellas calientes hace las temperaturas en sus atmósferas muy altas: entre 530 y 2.800 grados Celsius, reza el comunicado publicado en el sitio web del JPL el 14 de marzo.
Las atmósferas de estos planetas tienen también otra cualidad: son muy nebulosas hasta a grandes alturas y en condiciones de baja presión, cuando las nubes no deben formarse. Para explicar su aparición, los expertos de la NASA decidieron «cocinar» atmósferas semejantes en su laboratorio.
Con ese fin, los investigadores mezclaron hidrógeno y monóxido de carbono –que son «muy comunes en el universo» y pueden formar parte de las atmósferas de los jupíteres calientes-, los calentaron en un horno de alta temperatura a entre 330 y 1.230 grados Celsius y luego los expusieron a una alta dosis de radiación ultravioleta. Mientras que el calentamiento de la mezcla no produjo resultados, la radiación ayudó a producir la neblina.
«Aunque es imposible simular exactamente en el laboratorio estos entornos duros del planeta extrasolar, podemos acercarnos mucho», afirmó Murthy Gudipati, principal científico del laboratorio y el líder del estudio, publicado el 29 de enero en la revista The Astrophysical Journal.
«Este resultado cambió la manera cómo interpretamos estas atmósferas nebulosas de los jupíteres calientes«, indicó, a su vez, Benjamin Fleury, del mismo laboratorio. De acuerdo con sus palabras, tienen planes para seguir investigando las partículas, que aparecen en la atmósfera de estos exoplanetas para «entender mejor cómo se forman, cómo absorben la luz y cómo responden a los cambios en el entorno». «Toda esa información puede ayudar a los astrónomos a entender lo que están viendo cuando observan estos planetas», señaló.