Los bombardeos tuvieron lugar desde el 24 de marzo hasta el 11 de junio de 1999. Foto: Rusia Today

Elson Concepción Pérez.— Imposible borrar de mi mente. Una guardería infantil, en pleno centro de Belgrado, exhibía la dantesca imagen de cabezas y brazos de muñecas y otros juguetes destrozados; pedazos de cunas y catres de descanso de los menores, todos víctimas de los bombardeos de la aviación estadounidense y de la otan a la Yugoslavia de finales de marzo de 1999.

Han asesinado mis muñecas, se lamentaba una menor el día de mi visita al lugar. Su madre explicaba, a través de la traductora que me acompañaba, que todavía la menor estaba convaleciente de otra mutilación: su sentimiento infantil, ahora con expresiones continuas de tristeza. Y en medio de ella, seguían buscando alguna pertenencia de la niña, pero era imposible, estaba destruido todo.

Muy cerca de la guardería para niños convertida en escombros, estaba el que fue el gran edificio de la Televisión Serbia, también destruido por la metralla y donde habían muerto periodistas y técnicos aferrados en seguir combatiendo desde su trinchera informativa.

Similar imagen observé en la ciudad de Novi Sad, donde la barbarie había derribado las plantas de televisión y radio y otros centros y viviendas. A lo largo de la carretera, uno y otro puente sobre el Danubio, estaban destruidos.

La embajada china en Belgrado fue otro de los objetivos bombardeados. Allí varios periodistas se convirtieron en mártires de la profesión cuando los cohetes de la aviación estadounidense impactaron en el recinto.

Fueron 78 días y noches de bombardeo. El río Danubio fue infestado con el uranio empobrecido –sustancia prohibida– contenido en cohetes y bombas lanzados por la aviación. Años después seguían naciendo niños con malformaciones y crecen los casos de cáncer, provocados por la afección del uranio a sus madres gestantes.

Según contaron dirigentes y altos oficiales, con los que me entrevisté en Belgrado, la resistencia se mantuvo hasta un momento en que ya eran demasiados los muertos y heridos, y muy grande la destrucción del país debido a los ataques aéreos. Siempre estuvimos seguros que si Estados Unidos y la OTAN lanzaban paracaídas y tropas terrestres, serían derrotados. Yugoslavia, con su concepción estratégica de «guerra de todo el pueblo», estaba bien preparada para combatir y vencer y los fundamentales medios de combate estaban debidamente protegidos para ser usados en ese momento, me explicaron en la oficina de Vojislav Kostunica, entonces primer ministro.

Los bombardeos tuvieron lugar desde el 24 de marzo hasta el 11 de junio de 1999. Durante aquellos días, la aviación lanzó un total de 2 300 misiles contra 990 objetivos civiles y 14 000 bombas sobre el territorio de Yugoslavia. Solo en la capital, Belgrado, cayeron 212 bombas. También fueron lanzadas entre diez y 15 toneladas de uranio empobrecido que provocaron un desastre ambiental y la multiplicación por cinco de los casos de enfermedades oncológicas.

El resultado tras los bombardeos se contabilizó entonces en unos 3 000 civiles muertos, más de 10 000 heridos; la destrucción total o parcial de una buena parte de  las edificaciones, ministerios, organismos, hospitales, guarderías infantiles, viviendas, puentes y otros. El daño económico se estimó entre 30 000 y 100 000 millones de dólares.

PARA TENERLO BIEN EN CUENTA

A 20 años de aquella letal pesadilla, y ante similares planes llevados a cabo por las administraciones estadounidenses contra Libia, Irak y Siria; y las amenazas contra Venezuela, los pueblos y gobiernos deben tener muy en cuenta que:

La agresión militar fue ordenada por el entonces secretario general de la OTAN, Javier Solana, quien cumplió las órdenes del mandatario norteamericano, William Clinton, la que no fue consultada ni aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU.

El pretexto creado por el Pentágono de una supuesta crisis humanitaria en la provincia serbia de Kosovo, fue una burda mentira escenificada con una lluvia de noticias falsas y montajes fotográficos en los que aparecían las supuestas víctimas kosovares agredidas por militares serbios.

A Washington no le importó para nada que el presidente yugoslavo de entonces, Slobodan Milosevic, firmara en 1995 los Acuerdos de Dayton que ponían fin a la guerra en Bosnia y Herzegovina, lo que fue alabado como un gran éxito por el Gobierno de EE.UU.

Estados Unidos utilizó a Albania, país con pretensiones de crecer territorialmente en la región y para ello contar con Kosovo. Para todo esto se montó una matriz mediática de «el problema kosovar», «crisis humanitaria», «genocidio yugoslavo».

Estados Unidos se proponía terminar de desmembrar a Yugoslavia, formada en esos momentos por Serbia y Montenegro. Kosovo era una provincia con autonomía y atención especial por parte de las autoridades de Belgrado.

En 2008, el Parlamento de Kosovo, hasta la fecha bajo la jurisdicción interina de la ONU, declaró unilateralmente su independencia de Serbia.

Yugoslavia fue acabada de desintegrar y Kosovo sigue en un limbo jurídico sin el reconocimiento necesario como para hacer valer su decisión de «independiente».

Olvidar la historia puede ser tan peligroso como ignorar la realidad. Los pueblos deben recordar la vigencia del llamado del patriota checoslovaco Julius Fucik, cuando apenas momentos antes de ser ejecutado por los fascistas alemanes, durante la Segunda Guerra Mundial, llamó: «estad alertas».

EN CONTEXTO

– Una parte de los pueblos eslavos, después llamados los eslavos del sur, llegaron a esta área en diversas migraciones desde el siglo VI hasta el VIII.

– Desde muy pronto se dividieron y formaron países, entre los que destacan los reinos de Serbia, Croacia y Bosnia.

– Los reinos de Bosnia y Croacia estuvieron bajo influencia del Papa y Carlomagno y tomaron como religión el catolicismo. Serbia entró en la órbita bizantina y abrazó el cristianismo ortodoxo.

– En el siglo XII, Croacia y Hungría se unen en la misma corona.

– Serbia y Bosnia pasaron a ser territorios del Imperio Otomano (Turquía) en el siglo XV. Durante la larga dominación turca, los bosnios comenzaron a convertirse al Islam.

– Durante el siglo XIX y los movimientos nacionalistas, intelectuales croatas, eslovenos y serbios abrazaron la idea del yugoslavismo.

– El 1ro. de diciembre de 1918 nació el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos con el gobierno de Alejandro I de Yugoslavia.

– El 3 de octubre del mismo año se cambió el nombre del país a Reino de Yugoslavia.

– Durante la ocupación en la Segunda Guerra Mundial existió un estado fascista croata, otro serbio y otro en Montenegro.

– Las tropas partisanas, comandadas por el general Josip Broz Tito, echaron a los invasores, reunificaron el país y fundaron la República Federativa Socialista de Yugoslavia.

– La disolución de Yugoslavia se produjo entre el 25 de junio de 1991 y el 5 de junio de 2006, a partir de un grupo de hechos que condujeron a esta disolución.

– Se formaron seis nuevas repúblicas (Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Macedonia y Serbia).

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