Los pensionistas franceses han salido a las calles de toda Francia en una movilización para defender sus pensiones y la perennidad del sistema de jubilación.
Si pensaron que con la jubilación llegaría la tranquilidad, los pensionistas franceses se han dado cuenta que no es así y por ello vuelven a manifestarse. Respondiendo al llamamiento de 9 sindicatos los jubilados denuncian una situación de precariedad que se ha acelerado, y agravado, con la llegada de Emmanuel Macron. Jubilados que hablan de la existencia de una profunda crisis social a la que no se sabe dar respuesta.
Tras toda una vida de trabajo se encuentran con una importante reducción de su poder adquisitivo, con una congelación de las pensiones, con una subida de impuestos. Los jubilados que se manifiestan en todo el país galo no entienden que se intente acabar con un sistema de pensiones basado en la solidaridad intergeneracional, y que se les haga pagar a ellos la bajada de impuestos acordada a los más ricos y la de cargas patronales de la que se benefician las grandes empresas.
Constatan los pensionistas que muchos de ellos tienen que reducir sus gastos diarios en alimentación, ropa, calefacción y médicos. Que muchos deben contar con la ayuda de sus hijos para llegar a final de mes. Estos hombres y mujeres exigen una verdadera política social.
Preocupa la situación de los jubilados pero sobre todo lo que preocupa es la situación en la que se encontrarán los trabajadores que en los próximos años pedirán su pensión. El Gobierno francés estudia retrasar la edad de jubilación y prepara una reforma que obligará a los trabajadores a contratar sistemas privados de pensión y todo esto con el beneplácito de la Unión Europea (UE).
Juan José Dorado, París.
