A esa lucha se han sumado varios sectores de la población, eso ha generado una ofensiva de represión gubernamental.
La Plataforma en Defensa de la Salud y Educación en Honduras continúa su postura de no negociación condicionada con el gobierno. Han salido de nuevo a las calles, e invitan al pueblo a participar en un diálogo real.
Ligia Ramos, Colegio Médico de Honduras:
El gobierno está embrecado en sus proyectos privatizadores, entonces mientras no sigamos en la calle, o sea lo único que el gobierno le tiene miedo es a la manifestación popular.
Esta vez salieron en menores cantidades, debido a la decisión de los médicos de volver a los hospitales debido a una emergencia de dengue que se alertó en el país. Volvieron a los hospitales, pero sin los recursos para hacerle frente a la alarma.
Manuel Palma, maestro hondureño:
Aquí lo que queremos es mejorar la salud y la educación como llegar a cambiar 180 grados en educación y 180 grados en salud es lo que debemos buscar la manera de resolver junto a los funcionarios de gobierno y si no confían en ellos mismos pues que traigan representantes internacionales.
En un intento por frenar las críticas y apoyo social, Juan Orlando Hernández anunció un nuevo plan de infraestructura educativa, que supuestamente resolvería la destrucción de los centros escolares.
Rony Zelaya, sindicalista hondureño:
A ellos no les interesa que protestemos a ellos no les interesa para ellos todo está bien, imagínese el abogado Oswaldo Ramos Soto un constitucionalista, que defendía la Constitución que es catedrático y ahora defiende cosas que no tienen sentido ni razón.
El escenario parece dar la razón a los gremios hondureños, quienes ahora fueron amenazados desde el parlamento; desde una iniciativa de Oswaldo Ramos Soto, parlamentario oficialista. Quien declaró que mocionaría una ley que penalice a la persona que proteste ocultando su rostro.
Con rostro cubierto o descubierto, los hondureños siguen protestando contra Juan Orlando Hernández, a pesar de las detenciones ilegales como muestra este video.
Dassaev Aguilar, Tegucigalpa