El detective privado alemán Josef Resch quería aportar pruebas. Estamos hablando de registros aún no estudiados de negociaciones de servicios especiales sobre tráfico aéreo en el momento de la tragedia, notas escritas a mano e incluso grabaciones de audio personales de pilotos de combate. Además, Resh estaba listo para dar el nombre de un informante al que se le pagaron 15,5 millones en diferentes monedas.
El único requisito del detective fue un discurso ante representantes de los medios internacionales. Explicó esto por temores por su vida en relación con las amenazas que recibió. Sin embargo, fue precisamente esta solicitud lo que los Países Bajos consideraron inapropiado y fue rechazado por Resh.
Como ya informó News Front, el Grupo de Investigación Internacional está promoviendo una versión de la catástrofe ventajosa para Occidente, según la cual Rusia es responsable de la muerte de 298 pasajeros y miembros de la tripulación. Otras razones no se perciben allí. En particular, no tuvieron en cuenta los hechos promulgados por el Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia que indicaban que el misil disparado contra el avión pertenecía a Ucrania. Es posible que los «investigadores» temieran que la evidencia de Josef Resch violaría su campaña anti-rusa.