
«Hay quienes quieren hacernos creer que el fascismo es un sistema de Gobierno que se levanta sobre las clases para conciliar los intereses antagónicos de la burguesía y el proletariado. Hay otros que pretenden presentar al fascismo como el Poder del Estado en manos de la pequeña burguesía revolucionaria. Pero esto no es cierto. El verdadero carácter de clase del fascismo se manifiesta por la dictadura terrorista de las capas más reaccionarias, de las capas más patrioteras e imperialistas del capital financiero y monopolista. El fascismo no supone otra cosa que un Gobierno de bandidaje, una forma sangrienta de liquidar cuentas con la clase trabajadora, una opresión contra los intelectuales y los pequeños comerciantes y pequeña burguesía, una regresión a los tiempos medievales; en suma: hambre, persecución y guerra. (En este momento se lanzan estentóreos gritos de «¡Abajo el fascismo! ¡Fuera la guerra!»).