A pocas horas de que se produzca la retirada de tropas y armamento de la localidad de Petrovskoe -prevista para el 9 de noviembre después de que Kiev unilateralmente decidiera la fecha-, Ucrania se garantizará la celebración de la esperada cumbre del formato Normandía. Tras la retirada -cuestionable y parcial- de Zolotoe, la retirada de Petrovskoe supondrá el cumplimiento de las exigencias que Rusia había impuesto para aceptar la celebración de la cumbre. En este proceso, Ucrania continúa con su estrategia de tratar de enrarecer el ambiente con el objetivo de polarizar la situación y tratar así de conseguir más apoyo de sus socios.
En las últimas semanas, Kiev ha repetido ya la idea de que no habrá ni amnistía general para quienes hayan participado en la guerra del lado de la RPD y la RPL tal y como afirman los acuerdos de Minsk. Otro caso similar es el del estatus especial, que las Repúblicas Populares esperan convertir en autonomía política. Ucrania ha insistido en una descentralización administrativa que espera que Moscú acepte en la cumbre del formato Normandía, un foro en el que Donbass no estará representado. Los actos y las declaraciones de diferentes representantes de Kiev sugieren que Ucrania busca aprovecharse de la situación, una negociación en la que no participa su adversario en la guerra y en la que espera contar con el incondicional apoyo de sus socios de la Unión Europea. La prueba más evidente de esta intención es la idea de negociar el tema del tránsito del gas ruso -es decir, tratar de garantizar que Rusia continuará utilizando Ucrania para la venta de gas a la Unión Europea a pesar de que se construya la ampliación del gasoducto Nord Stream-2, que une Rusia y Alemania, principal cliente en la UE- a través de Ucrania.
En el pasado, se ha acusado a Kiev de tratar de reescribir los acuerdos inmediatamente después de firmarlos. Fue así con los acuerdos de Minsk, que Ucrania lleva cinco años intentando modificar para su beneficio, y se repitió con la “fórmula Steinmeier”, que el equipo de Zelensky trata de reescribir actualmente. Sin embargo, en esta ocasión, Ucrania trata de manipular preventivamente la cumbre del cuarteto de Normandía. Fue así con la exigencia de que Rusia pague reparaciones a Ucrania (por los daños que el propio Ejercito Ucraniano ha causado y sigue causando en Donbass) o con las declaraciones que afirmaban que la estrategia de Ucrania busca, no solo acabar la guerra en Donbass, sino causar protestas y una posterior desintegración de Rusia. Ahora, algunas voces, incluso llegan a pedir que, en la cumbre del cuarteto de Normandía, Rusia pida perdón a Ucrania.
La postura beligerante de Ucrania se demuestra también en las recientes declaraciones del presidente Zelensky en un vídeo de propaganda en el que afirma que, tras la cumbre del formato Normandía, Ucrania tendrá que negociar con la sociedad cómo se aplican las ideas allí negociadas. Una vez más, Kiev deja claro que, pese a los posibles acuerdos, no puede darse por hecho que Ucrania vaya a cumplir con sus compromisos.
“Saben que llevamos mucho tiempo tratando de restablecer el formato Normandía. Desde 2017 no se celebra ninguna cumbre, ya han pasado tres años y medio, quién sabe cuánta gente ha muerto en este tiempo. Así que el formato Normandía pretende actualizar el diálogo para que nos acerque al cese de hostilidades y el retorno de nuestros territorios, pero, lo que es más importante, el retorno de nuestros prisioneros”, afirmó Zelensky. Esa mención al intercambio de prisioneros como principal prioridad vuelve a dejar clara la postura de Kiev ante los acuerdos de Minsk. Ucrania prefiere negociar también ese aspecto -hasta ahora uno de los pocos aspectos que sí se negociaban en el Grupo de Contacto de Minsk- con Rusia, el país al que oficialmente ha definido como país agresor, que directamente con Donetsk y Lugansk tal y como pretende Minsk.
“¿Y cuál es el plan de acción a partir de ahí? ¿Cómo y dónde se producirán las posteriores retiradas de tropas en otras ciudades, cuál será el formato y el tiempo para el intercambio de prisioneros? ¿Cuál será el formato de elecciones locales? Todas estas cuestiones y otras muchas se preguntarán y se solventarán en la cumbre de Normandía. Pero la decisión será en nuestra sociedad y discutiremos las soluciones. No hay secretos con la sociedad y por este motivo tampoco los habrá ahora porque este es un tema sensible”, añadió Zelensky. Ucrania se reserva el derecho a decidir qué parte de los acuerdos decidirá cumplir.
En pocas palabras, Kiev exige a Donetsk y Lugansk la rendición incondicional a cambio de ni siquiera cumplir con sus compromisos de los acuerdos de Minsk y que sea Rusia quien financie la reconstrucción de Donbass a cambio de seguir intentando causar un movimiento similar a Maidan que acabe con las desintegración de Rusia.