Paulatinamente, como era de esperar, los manejos previos al estallido del brote de coronavirus van saliendo a la luz y dibujan un panorama muy distinto del que pregonaron inicialmente.
Varios meses antes del inicio de la epidemia, el gobierno de Washington eliminó un cargo clave del servicio de salud pública de Estados Unidos en Pekín que tenía como objetivo ayudar a detectar brotes de enfermedades en China.
Se trata de la doctora Linda Quick, una epidemióloga estadounidense que trabajaba en los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades) , quien dejó su cargo en julio.
Los primeros casos de coronavirus aparecieron en setiembre en Estados Unidos aunque, como consecuencia de la guerra económica entre ambos países, el gobierno de Trump se los imputó a China y criticó al gobierno de Pekín por “impedir el ingreso de expertos estadounidenses al país para ayudar”.
“Fue descorazonador verlo”, dijo Bao-Ping Zhu, un experto chino-estadounidense que ocupó el cargo, creado por los CDC entre 2007 y 2011. “Si alguien hubiese estado allí, las autoridades de sanidad pública y los gobiernos del mundo habrían actuado mucho más rápido”, agregó.
Quick, entrenaba a epidemiólogos chinos sobre el terreno que eran desplegados a epicentros de brotes para ayudar a rastrear, investigar y contener enfermedades.
Como empleada de los CDC, Quick era los ojos y oídos sobre el terreno de Estados Unidos y otros países para el brote del coronavirus, y podría haberlos alertado sobre la creciente amenaza semanas antes.
Ningún otro experto extranjero fue asignado para encabezar el programa después de que Quick dejara el cargo. Zhu dijo que un experto adjunto frecuentemente puede alertar de brotes antes, luego de formar una relación estrecha con sus homólogos chinos.
Quick pudo entregar información en tiempo real a Estados Unidos y a autoridades de otros países durante las primeras semanas del brote, cuando dijeron que el gobierno chino frenó la difusión de información y entregó evaluaciones erróneas.
Quick dejó el cargo en medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, cuando se enteró de que su trabajo, que contaba con financiación federal, conocido oficialmente como asesor residente del Programa de Entrenamiento Epidemiológico en Terreno de Estados Unidos en China, finalizaría en septiembre.
Los CDC dijeron que se enteraron inicialmente de un “grupo de 27 casos de neumonía” de origen inexplicado en Wuhan, China, el 31 de diciembre. Es mentira porque ya había habido un brote previo en Estados Unidos, como ya expusimos en una entrada anterior.
En un comunicado, los CDC dijeron que la eliminación del cargo de asesor no entorpeció la capacidad de Washington para recibir información y “no tenía absolutamente nada que ver con que los CDC no se hayan informado antes de los casos en China”.
La institución afirma que la decisión de no tener un asesor residente “comenzó mucho antes del verano (boreal) y se debió a la excelente capacidad técnica de China y la madurez del programa”.
Los CDC dijeron que habían asignado a dos de sus empleados chinos como “mentores” para ayudar con el programa de entrenamiento.
Los CDC son una organización militar fundada en 1942. Siete años después de su surgimiento, lanzaron la alerta de un posible ataque soviético con armas biológicas. Se destinaron millones de dólares a “prevenir” una amenaza que no existía y que acabó en los bolsillos de los expertos.
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