El certificado digital de vacunación se probará en niños del Tercer Mundo con implantes bajo la piel

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Los ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts han desarrollado nanopartículas que se inyectan bajo la piel, emitiendo una luz fluorescente que es invisible a simple vista, pero capaz de ser detectada por un móvil. Se podría utilizar para confirmar si una persona ha sido vacunada o no.

La Fundación Gates, que financia el proyecto, ha puesto en marcha encuestas de opinión pública en Kenya, Malawi y Bangladesh para determinar si la población estaría dispuesta a soportar estas partículas microscópicas o si preferirá quedarse con las viejas tarjetas de vacunación.

La idea es insertar la prueba de la vacuna bajo la piel, en los países en desarrollo donde las tarjetas de vacunación en papel suelen ser defectuosas o incompletas, y donde no existen registros médicos electrónicos.

El sistema se expuso en diciembre del año pasado en la revista Science Translational Medicine (*) y hasta ahora sólo se ha probado en ratas, aunque los investigadores a sueldo de la Fundación Bill y Melinda Gates, esperan probarlo en niños de Asia y África en los próximos dos años, dijo la ingeniera biomédica del MIT, Ana Jaklenec, que dirigió el estudio.

Los ingenieros han pasado mucho tiempo buscando componentes que sean seguros para el cuerpo, estables y capaces de durar varios años.

La solución consiste en nanocristales de cobre llamados puntos cuánticos, de 3,7 nanómetros (nm) de diámetro, encapsulados en micropartículas de 16 micras (μm, 1 μm equivale a una millonésima parte de un metro, y 1 nm equivale a una billonésima parte). El conjunto es inyectado por un parche de microagujas de 1,5 mm de largo.

Tras ser aplicadas sobre la piel durante dos minutos, las microagujas se disuelven y dejan pequeños puntos bajo la piel, distribuidos por ejemplo en forma de círculo o de cruz. Estos pequeños puntos son excitados por una parte del espectro de luz invisible para el ojo humano, cercano al infrarrojo.

Un móvil modificado, apuntando a la piel, hace que el círculo o la cruz aparezca fluorescente en la pantalla. A los investigadores les gustaría poder inyectar la vacuna contra el sarampión al mismo tiempo que estos pequeños puntos. Un médico podría años más tarde apuntar a un móvil para comprobar si la persona ha sido vacunada.

Se supone que la técnica es más duradera que los rotuladores indelebles, para los cuales los investigadores han simulado cinco años de exposición al sol. Y requiere menos tecnología que un escáner de iris o el mantenimiento de bases de datos médicas.

La técnica sólo sirve para identificar a los niños no vacunados si se convierte en la herramienta exclusiva. Además, ¿aceptarán las personas múltiples marcas bajo la piel para cada vacuna?, ¿qué pasará con los puntos a medida que los cuerpos de los niños crezcan?

La Fundación Gates continúa el proyecto y financia encuestas de opinión en Kenya, Malawi y Bangladesh para determinar si la población es capaz de soportar estas cajas cuánticas microscópicas, o si preferirá seguir con las antiguas tarjetas de vacunación.

(*) https://stm.sciencemag.org/content/11/523/eaay7162 DOI: 10.1126/scitranslmed.aay7162

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