La ira por el asesinato de Floyd en Mineápolis, en el estado de Minesota, a manos de un policía blanco que le presionó en el cuello con la rodilla durante la detención ignorando sus quejas de que no podía respirar ha provocado masivas marchas en muchas ciudades de Estados Unidos.
Los vídeos publicados en las redes sociales muestran cómo los manifestantes queman la bandera de EE.UU. en diferentes ciudades del país, incluso en Washington (la capital) y frente a la Casa Blanca.
Las movilizaciones han sido reprimidas brutalmente por la Policía, que atacó con gases lacrimógenos a los manifestantes y arrestó a cientos de ellos en varias ciudades del país. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha amenazado con emitir la orden de tiroteo si no cesan las marchas.
Pese a las amenazas del inquilino de la Casa Blanca, las marchas continúan con mucha fuerza en el país. El Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) ha desplegado este sábado 500 soldados de la Guardia Nacional en Mineápolis, para hacer frente a los manifestantes en esta ciudad, donde rige un toque de queda.
La brutalidad de la Policía de EE.UU. ha suscitado críticas de diversas organizaciones de derechos civiles que aseveran que la comunidad afroamericana es blanco de una grave e incesante ola de abusos en la que agentes del Gobierno estadounidense están involucrados.
Diferentes expertos en asuntos internacionales, incluido Carlos Naranjo, han aseverado que el aumento de la violencia racial en Estados Unidos en los últimos años tiene raíz en políticas racistas de Trump.
