Lo mismo que Suecia, Bielorrusia ha sido de los pocos países del mundo que tampoco ha caído en la histeria, ni ha impuesto el confinamiento a la población. Sólo han aislado a los positivos y a quienes han tenido contacto con ellos.
La liga de fútbol se inició en marzo al mismo tiempo que la pandemia y los estadios se han estado llenando desde entonces con miles de espectadores.
Tampoco ha cerrado las fronteras y el aeropuerto de Minsk ha permanecido abierto, con vuelos regulares. Las personas que llegan al país cumplen una cuarentena de 14 días.
A fecha 22 de junio, el país tenía 346 muertes atribuidas al coronavirus, con un porcentaje de 36 por millón de habitantes (1), mientras que España es de 725, es decir, veinte veces más.
De manera sistemática el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, ha rechazado todas las presiones para imponer el terrorismo de Estado, la ley marcial, el confinamiento y cualquier clase de medida represiva por pretextos sanitarios
El mes pasado el Fondo Monetario Internacional ofreció al gobierno una “ayuda rápida” a cambio de someterse a los dictados de la Organización Mundial de la Salud (2).
Según el dirigente bielorruso, el FMI les ofreció un préstamo de 940 millones de dólares, pero las “condiciones adicionales no relacionadas con la economía”, no eran aceptables.
“El FMI nos sigue exigiendo cuarentena, confinamiento, toque de queda. ¡Qué barbaridad! No nos doblegaremos ante nadie”, dijo Lukashenko en una reunión sobre el apoyo a la economía.
“Ponen condiciones, que Bielorrusia haga como Italia en la lucha contra el coronavirus. No quiero que Bielorrusia repita el escenario de Italia”, dijo el Presidente. “Tenemos nuestro propio país con nuestra propia situación”, añadió.
(1) https://drmalcolmkendrick.org/2020/06/26/covid-the-strange-the-inexplicable-and-the-weird/
(2) https://mundo.sputniknews.com/amp/europa/202006191091813308-el-presidente-de-bielorrusia-se-niega-a-imponer-cuarentena-para-recibir-ayuda-del-fmi/
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