Cabe pensar que el gobierno británico ha inventado una nueva seudociencia según la cual no sólo las personas sino también los objetos quedan contagiados por el “nuevo” virus.
O bien, cabe pensar también en otra opción: si el coronavirus no se contagia por contacto con objetos, según asegura la OMS, ¿el objetivo de esta medida es médico o más bien económico?
El gobierno ha puesto en un primer plano varias leyes que fueron aprobadas por el Parlamento para otras previsiones. Lo que vale para un roto, vale para un descosido. Los ayuntamientos podrán recurrir a seis leyes aprobadas por el Parlamento que facultan a cerrar edificios públicos amenazados por los rayos, ordenar pruebas masivas, prohibir eventos o clausurar sectores enteros de la economía.
También podrán limitar las aperturas de escuelas por tramos de edad y restringir los viajes sólo a los trabajadores esenciales.
Los ayuntamientos han recibido una lista de todas las leyes que pueden utilizar para restringir los movimientos y el comportamiento de las personas, incluida la Ley sobre el Coronavirus aprobada este año.
Entre las facultades autorizadas por el gobierno a los ayuntamientos figura la de “cerrar determinados negocios y lugares (por ejemplo, tiendas, cafés, gimnasios, centros de recreo, oficinas, laboratorios, almacenes); cerrar las zonas públicas al aire libre (por ejemplo, parques, zonas de juego, playas, explanadas, piscinas al aire libre) y ordenar la limpieza a fondo de edificios o vehículos relacionados con los brotes”.
La facultad de demoler edificios, sin embargo, es quizás la posibilidad más sorprendente en el marco de las nuevas medidas del gobierno.
El documento aprobado por el Departamento de Salud y Asistencia Social aconseja a los ayuntamientos que, en virtud de la ley de salud pública y control de enfermedades de 1984, soliciten a un juez que “imponga restricciones o requisitos para cerrar los locales contaminados; cerrar los espacios públicos en la zona de la autoridad local; detener un transporte o una estructura móvil; desinfectar o descontaminar los locales; u ordenar que se destruya un edificio, un transporte o una estructura”.
Los albergues, las fábricas, las oficinas o incluso las casas particulares puedan ser destruidas como último recurso si el virus queda “fuera de control”, aunque tales medidas no se hayan considerado necesarias durante el brote.
https://www.telegraph.co.uk/politics/2020/08/04/councilscan-demolish-contaminated-buildings-new-powers-stop/