Sin movilización no hay cambio; sin organización no hay nada

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Conforme al título elegido, lo consecuente para propiciar el cambio social es ORGANIZAR para MOVILIZAR.

ORGANIZAR a las amplias masas que objetivamente se ven afectadas en sus condiciones de vida por la crisis capitalista, pues ellas serán las únicas protagonistas de ese amplio movimiento que encabezará una clase obrera consciente que asume y responde a las consignas de su vanguardia política.

MOVILIZAR para evidenciar la crisis del sistema, para romper ese muro de silencio y miedo que socialmente hace invisible la explotación, la opresión y la pobreza. Se llama hegemonía ideológica de las clases dominantes, y la construye la insolidaridad, el miedo, el individualismo, la competitividad…que nos impide actuar colectivamente como clase para sí. Si no sacamos juntos los trapos sucios del sistema a la calle; sus engrasadas máquinas de propaganda para la dominación ideológica, seguirán siendo capaces de seguir ocultando lo evidente. Nuestro deber es convertir en problema político del sistema lo que hoy solo se presenta como desajustes provocados por quienes no son capaces de estar a la altura de las exigencias sociales del único sistema social posible. Conciencia de clase e ideología revolucionaria para enfrentar al decadente sistema capitalista que resiste a morir por sí solo.

Parece claro que el plan lo tenemos, ¿pero cómo lo hacemos, cuando es más que evidente un alto grado de desmovilización de las masas derivado de su sumisión ideológica?

No hay recetas mágicas, ni nuevos descubrimientos, simplemente tenemos que activar los recursos por todos conocidos y cumplir con el papel histórico que, como comunistas nos corresponde, y hacerlo ahora y aquí.

  1. Confianza en la clase obrera. No por fetichismo, solo por la conclusión que se deriva del análisis materialista que sitúa a nuestra clase en el centro de la responsabilidad del cambio social.

  2. Seguridad en la superioridad del Socialismo y su Victoria.

  3. Organización del Partido para la acción de masas. Un partido de vanguardia compuesto de militantes conscientes que, organizados en células, son capaces de adecuar las consignas centrales a su realidad más inmediata y golpear al unísono al llamado central de su partido.

  4. Conocimiento del medio desde el análisis profundo que nos permite realizar el materialismo histórico en su totalidad cognoscitiva.

  5. Construcción de una amplia y significativa referencialidad de masas de la militancia comunista. Coherencia, constancia y ejemplaridad, acompañadas de un alto nivel de análisis y propuesta política, convierten a la militancia comunista en faro de actuación inequívoco de las masas obreras y populares.

El capitalismo nos individualiza y el postmodernismo nos compartimentaliza; frente a ello, una política revolucionaria para las amplias masas, no se construye más que agrupándonos y marcando un objetivo emancipador unitario que convierta cualquier avance en una victoria de todos y todas.

Tomemos nota de estas líneas para adecuar nuestro comportamiento individual y colectivo a estas pautas y no dejar de intervenir bajo su guía; también tras la crisis sanitaria de la Covid 19 en la que son tantas las tentaciones que nos llaman a abandonar la calle y aislarnos en endogámicos ambientes de “multitudinarias” actividades 2.0 que ocupan a cientos y abandonan a millones.

El 23 de mayo fue un primer paso, el 20 de junio lo confirmó, y ahora la tarea es levantar con TRABAJO, CONSTANCIA Y AUDACIA amplias asambleas populares que aborden la necesaria respuesta al profundo ataque que en Otoño perpetrará la burguesía y sus respectivos gobiernos contra la clase obrera y los sectores populares.

Frente a la destrucción de fuerzas productivas, las políticas de ajuste y los recortes que se avecinan, solo hay una respuesta

UNIDAD Y LUCHA

Julio Díaz

2 COMENTARIOS

  1. No soy extraterrestre, solo soy un luchador crítico. Si no os gusta, es natural. Ya estoy acostumbrado a que me descalifiquen, me califiquen y me cuelguen etiquetas de “lo que quieran”. Al final del camino lo que cuentan son los hechos CONTANTES Y SONANTES. Las palabras revolucionarias, las consignas, los principios de clase (solo dentro del partido) sacadas de viejas épocas y luchas épicas no tienen cabida ni presencia en el tiempo que ya pasó. Sin una (s) idea (s) innovadora, capaces de levantar la ilusión revolucionaria de las masas y, a su vez, que sean realistas con la actual desarrollo de las fuerzas productivas para poner entre las cuerdas la bestia inmunda capitalista-burguesa se vuelve, una vez más, a la derrota. ¿Cuántas hemos tenido? Incontables. ¿Cuántas escisiones? ¿Cuántas siglas? La pregunta que deberíamos hacernos es: ¿Los hechos dialécticos, y las circunstancias políticas objetivas (desde hace, más o menos, treinta años) responden a una nueva conciencia de clase? Si es así ¿cuál?. A partir de un análisis, sin tapujos, de la realidad de la conciencia clase obrera en la sociedad consumista burguesa, empezar a elaborar un programa ideológico de trabajo para el propio partido y, con el tiempo, ver qué pasa.
    Joan.

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