El Gobierno español indicó el jueves pasado que España no tiene previsto hacerse cargo de refugiados afectados por el incendio en el campo de Moria, en la isla griega de Lesbos, y en cambio ha pedido solidaridad a los países que no son primera frontera.
Ni siquiera a niños y niñas de Moria
Así, el Gobierno español ni siquiera ha querido formar parte de la primera lista de Estados europeos dispuestos a acoger a 400 menores no acompañados procedentes de ese campo, donde vivían en condiciones muy precarias.
La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha transmitido su «solidaridad total», pero al mismo tiempo afirmó que España ya “acoge a un grandísimo número de refugiados, demandantes de asilo e inmigrantes en general”.
Esto lo dice a pesar de que en España cayeron este año un 32% la llegada de personas migrantes, de las que muchas de ellas malviven en una situación de hacinamiento, como es el caso del CETI de Melilla.
Ante la situación de desamparo en la que han quedado miles de refugiados en el campo de Lesbos, la ministra ha asegurado que los socios europeos que están en la primera frontera con países de origen de refugiados y de inmigrantes irregulares tienen necesidad de solidaridad, entendimiento y cooperación por parte del resto de la «familia» de la UE.
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