En abril del año pasado, los científicos presentaron una visualización de la citada galaxia, también conocida como M87, en lo que supuso la primera imagen de un agujero negro. No obstante, la apariencia del objeto fue recreada en base a observaciones que duraron tan solo una semana, un período demasiado corto como para poder percibir sus cambios.
Para examinar la evolución del agujero, los expertos analizaron los datos obtenidos entre 2009 y 2013 por el Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT, por sus siglas en inglés), un proyecto de colaboración entre observatorios de varios países, tal y como informa un estudio publicado el 23 de septiembre en la revista The Astrophysical Journal.
Tras combinarlos con los datos de 2017, los investigadores descubrieron que el anillo de materia de M87 parpadeaba porque los campos magnéticos del agujero negro ionizan y crean turbulencias en el gas que orbita alrededor.
“Debido a que el flujo de materia es turbulento, la ‘media luna’ parece temblar con el tiempo. En realidad, vemos mucha variación allí, y no todos los modelos teóricos de acreción permiten tanto tambaleo”, explicó el autor principal de la publicación, Maciek Wielgus, en un comunicado difundido por la Universidad de Chicago, EE.UU.
“Significa que podemos empezar a descartar algunos de los modelos basados en la dinámica de la fuente observada”, agregó.
Otro miembro del equipo, Geoffrey Bower señaló que las observaciones sobre el agujero negro continuarían y serían más detalladas, gracias a que nuevos observatorios se unirían al proyecto EHT.
“El monitoreo del M87, con una matriz EHT expandida, proporcionará nuevas imágenes y conjuntos de datos mucho más específicos para estudiar la dinámica turbulenta. Ya estamos trabajando en el análisis de los datos de las observaciones de 2018. […] Planificamos observaciones con dos sitios más en 2021, lo que proporcionará una calidad de imagen extraordinaria. ¡Este es un momento realmente emocionante para estudiar los agujeros negros!”, concluyó Bower.