El ala izquierda del cóndor

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La toma de posesión del nuevo gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Bolivia en las elecciones organizadas por los golpistas ha sido muy sintomática: los dos discursos, del presidente Luis Arce y del vicepresidente David Choquehuanca, han insistido en que va a ser de unidad y en “buscar soluciones entre la derecha y la izquierda”. Una imagen del discurso de Choquehuanca me llamó poderosamente la atención: “Nuestra verdad es muy simple: el cóndor solo despega cuando su ala derecha está en perfecto equilibrio con su ala izquierda”.

Aunque revestido de simbología indígena, ayni, minka, tama, tumpa, colka, ayllu… todo el discurso es una especie de “pelillos a la mar” dirigido a los golpistas. Y eso cuando la Defensoría del Pueblo acaba de denunciar que ni la policía ni el ejército cooperan para esclarecer las matanzas habidas durante el golpe de estado. Las palabras textuales son: “la investigación para esclarecer las masacres en Bolivia está en fase preliminar por la falta de cooperación de algunos sectores militares que, de hecho, obstaculizan las indagaciones al no entregar la información requerida para aclarar los hechos ocurridos en 2019”.

Como dije, el movimiento se demuestra andando y hay que ver hacia dónde se encaminará Bolivia aunque los primeros pasos del MAS no sean muy alentadores.

Bolivia es un país andino y por eso habla de la gran ave andina, el cóndor. Brasil no es andino, pero esos términos muy bien hubiesen sido asumidos por el Partido del Trabajo.

Este domingo se han celebrado elecciones municipales en Brasil y los resultados son muy significativos. Porque el Partido del Trabajo, el que gobernó con Lula y Rousseff, ha perdido la hegemonía de la izquierda. Conserva algún porcentaje de poder, siendo aún mayoría en 13 de las principales ciudades del país, pero nada comparado con lo que tuvo. Es el precio de la claudicación, de la corrupción y del nepotismo. Por eso saltaron de alegría (Lula el primero) cuando las elecciones de EEUU y la aparente victoria de Biden. Porque no tienen más referentes. Exactamente lo mismo que aquí en el Estado canalla, más conocido como España, hicieron quienes van de “progres”, vicepresidente del gobierno el primero.

Como en Bolivia, Brasil es otro país donde hay segunda vuelta en las elecciones, por lo que los resultados de ahora, con ser significativos, no son definitivos. Pueden cambiar. Pero las perspectivas son buenas, pase lo que pase; buenas para el reforzamiento del ala izquierda del cóndor.

Para visibilizarlo hay dos ciudades emblemáticas: Sao Paulo, la ciudad más poblada de Brasil, y Belém. En las dos ciudades será el Partido del Socialismo y la Libertad (PSOL) quien se dispute la alcaldía con la derecha. Surgido en 2004 por expulsados del PT, a quienes se acusaba de “izquierdistas” por oponerse al aumento de la edad de jubilación y a la reforma neoliberal de las pensiones que impulsó el PT desde el gobierno, hoy es el partido que está encabezando las esperanzas de una buena parte de la población progresista brasileña. Y el PT sigue con su estúpida pretensión de vivir como si nada hubiese pasado ni con Lula ni con Rousseff, ni de lo que hicieron en el gobierno ni de cómo fueron los tontos útiles del capitalismo. Su prepotencia llega hasta el extremo de que el candidato del PT en Sao Paulo, que ha quedado en cuarto lugar, llegó a poner en duda la “legimitad” del PSOL cuando este partido sugirió una coalición con el PT que podía ganar de calle en la primera vuelta. El PT pretendía seguir siendo hegemónico cuando ahora no es más que un segundón.

Si a ello se suma que en Porto Alegre, la cuna del llamado “altermundismo” cuando allá por el año 2001 y bajo la influencia del PT se puso en marcha el famoso Foro Social Mundial, quien irá a la segunda vuelta es el Partido Comunista do Brasil (aunque en alianza con el PT) se tiene una foto bastante fideligna de por dónde van las cosas.

Estas elecciones han supuesto una evidente derrota del neofascismo de Bolsonaro, un auge de la izquierda “radical” -como ya la denominan los medios de propaganda- que, en porcentajes, ha subido un 50% en todas partes y un significativo retroceso del PT casi en esa misma proporción. Por eso es importante esta segunda vuelta, porque habrá un reposicionamiento de derecha e izquierda, con los neofascistas apoyando a los canditados pretendidamente “centristas” y con el antifascismo apoyando a los candidatos mejor situados. Mientras el PSOL, el PCdB y otros ya han dicho que votarán a los canditados del PT, este aún no ha tomado una decisión.

En el PT hay marejada interna. Algunos de sus dirigentes han hecho un llamamiento a que se vote a esos partidos en la segunda vuelta del día 29. Qué haga ahora y a quién apoyará será el termómetro que marque, de manera definitiva, qué es este partido por mucho Lula que valga.

El Lince

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