Brasil rompió este lunes la barrera de los 6.000.000 de contagios de coronavirus, confirmándose como el tercer país con más casos por detrás de Estados Unidos e India.
De acuerdo al balance del Consejo Nacional de Secretarios de Salud brasileño (Conass) en las últimas 24 horas se registraron 16.207 contagios y 302 muertes por la Covid-19.
Con estas nuevas cifras, el número total de contagios en Brasil subió a 6.088.004 y los decesos se ubicaron en 169.541, colocando al país suramericano como el segundo país con más muertes a causa del virus.
#PainelConass Covid-19
Data: 23/11/2020, 18hCasos
• 16.207 no último período.
• 6.087.608 acumulados.Óbitos
• 302 no último período
• 169.485 óbitos acumulados.Mais informações: https://t.co/ZjV7hqzyQ0
— CONASS (@ConassOficial) November 23, 2020
De acuerdo a las autoridades de Salud se han recuperado 5.445.095 pacientes del nuevo coronavirus, lo que supone el 89.4 por ciento del total de infectados.
Tras dos meses de un ligero descenso en la cifra de casos diarios, Brasil registra nuevamente más de 200 mil casos de Covid-19 por semana, avizorando una segunda ola de contagios en el gigante suramericano.
El estado de Sao Paulo, el más poblado del país con 46 millones de habitantes, sigue siendo la región con más casos confirmados (1.210.625) y muertes (41.276).
Ante la expectativa de una segunda ola de contagios, Brasil avanza en las pruebas a voluntarios y el acercamiento con laboratorios de diferentes países para garantizar la inmunización de su población.
Lo que parece claro, a estas altura de la infección, es que una gran parte de los gobiernos liberales han optado por una especie de genocidio encubierto. Dada la arreciada virulencia del virus con la población mayores de 75 años, es una forma de desprenderse de un sector de la población que no participa activamente del proceso productivo, lo cual, esta paraticularidad (sic) resulta un pesado lastre para las finanzas del estado, y correlativamente, para el bolsillo de los capitalistas y burgueses. No cabe ninguna duda que si el estado pusiese todos los medios de los que dispone, las muertes descenderían en picado.
Como todo, el tema es una cuestión de clase. El que tiene el poder es el que decide.