“Algunas empresas extranjeras querían utilizar a nuestra gente como cobayas, pero el Ministerio de Salud no lo permitió”, ha señalado este sábado el mandatario persa, asegurando que Irán no importará vacunas extranjeras que aún no han pasado sus ensayos clínicos y procesos de aprobación.
En una reunión mantenida en Teherán, capital persa, Rohani ha subrayado que el Gobierno iraní ha adoptado las medidas necesarias para producir una vacuna nacional y también para comprar una vacuna extranjera segura. “Nuestra gente no hará de cobaya para las empresas de fabricación de vacunas”, insiste.
El Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, prohibió el viernes la importación de las vacunas de EE.UU. y del Reino Unido contra el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, a Irán, advirtiendo que a veces quieren probar la vacuna en otras naciones.
Como consecuencia, la Sociedad de la Media Luna Roja iraní (IRCS, por sus siglas en inglés), anunció la suspensión de la importación de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por Pfizer Inc, que varios expertos iraníes residentes en EE.UU. estaban listos para suministrar y enviar a Irán.
Por otro lado, Rohani ha alabado los esfuerzos del país para contener la propagación del letal virus, indicando que el número de las muertes y hospitalizaciones han disminuido en un 70 % y un 80 %, respectivamente.
Irán logró, a finales de diciembre, iniciar la primera fase de las pruebas clínicas en personas de su propia vacuna contra el nuevo coronavirus. Ese avance se produce en momentos en los que las presiones y sanciones económicas impuestas por Washington contra Teherán han dificultado la lucha de Irán contra el brote.