Londres y Bruselas han encontrado otro escollo en sus relaciones. El Reino Unido se niega a otorgar el estatus diplomático al representante del bloque en su territorio. El ministerio de Exteriores británico insiste en no concederle las condiciones excepcionales propias de un embajador al no ser la Unión Europea un estado como tal. Pese a ser una organización, el bloque dispone de delegaciones en varios puntos del mundo y su estatus es equivalente al de los enviados estatales