“Como resultado de una operación militar basada en datos de inteligencia precisos y realizada en el oeste de la provincia de Al-Anbar (…) fue eliminado un nuevo centro de mando de Daesh”, anunciaron las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), mediante un comunicado emitido el jueves.
De acuerdo con la nota, gracias a dicha ofensiva, se frustró “un gran complot terrorista” que los remanentes de Daesh iban a llevar a cabo en Al-Anbar.
Qasem Musleh, un comandante de las Al-Hashad Al-Shabi, explicó que la operación se realizó en plena coordinación con el Comando de Operaciones Conjuntas de Irak y la Aviación del Ejército iraquí.
Las fuerzas iraquíes detuvieron a varios terroristas, además de incautar un vehículo, celulares, una computadora, armas y municiones e incluso una tarjeta falsa de un empleado de una agencia de noticias que los takfiríes “utilizaban para pasar fácilmente por los puestos de control”, dio a conocer Musleh.
En los últimos días, las fuerzas iraquíes han logrado matar a 17 líderes terroristas. Es más, la misma jornada del jueves, el primer ministro iraquí, Mostafa al-Kazemi, anunció la muerte de Abu Yaser al-Isawi, quien se presentaba como “califa adjunto” de Daesh en Irak.
Irak responde al aumento de las actividades de remanentes de Daesh a través de sus células durmientes, pese a que el país árabe proclamó en diciembre de 2017 el fin de la guerra contra este grupo ultraviolento.
El pasado sábado, Daesh lanzó un ataque contra la 22.ª Brigada de las Al-Hashad Al-Shabi en la provincia de Salah al-Din (centro), causando la muerte de 11 soldados iraquíes. Días antes, la agrupación extremista había llevado a cabo un doble atentado suicida en Bagdad, capital iraquí, que se saldó con 32 muertos.
Figuras iraquíes ven detrás del aumento de la actividad de Daesh el respaldo que esta banda recibe de parte de Estados Unidos, y exigen la retirada, lo antes posible, de todas las fuerzas estadounidenses de Irak.