Desde siempre el capitalismo ha extendido la idea de que las grandes fortunas, los millonarios lo son por merecimientos, porque producen riqueza en la sociedad dando puestos de trabajo, que la libertad de mercado por aquí, que la igualdad de oportunidades por allá, y para rematar el justificativo acuden al famoso «ascensor social», esto es, la posibilidad de hacerse rico a poco que una persona tenga capacidad de arriesgar y estar en el lugar oportuno en el momento exacto. Además, su existencia de ser un acicate para el resto de la población. Es sabido que son ideas para justificar la desigualdad y las clases sociales diferentes, y que criticarlo es hacer demagogia comunista, nos dicen.
Todo indica que el F.C. Barcelona ha filtrado al derechista diario El Mundo, el contrato de su jugador Leo Messi. Y lo que se intuía se confirma: su sueldo es de más de 15 millones de euros al año, es el mejor deportista pagado del mundo. Y esto en un país y una realidad donde cientos de miles de personas acuden a las llamadas «Colas del hambre», ayudas sociales de 400 euros que llegan mal y con retraso, emigración de miles de jóvenes, desempleo, infravivienda, precariedad, etc, saber que una persona gana esa cantidad es una provocación, un insulto. No es el único futbolista con ingresos astronómicos.
En estos días que el gobierno no está dispuesto a llegar a los 1000 euros de salario mínimo ni de pensiones, sería procedente recordar que al igual que existe un SMI (Salario Mínimo Interprofesional), debería existir un SMx (Salario Máximo). Y si exigir esto es muy leninista, pues mejor.
