Córdoba y la base militar imperialista

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Córdoba ha logrado lo que quería. Así abría el Diario de Córdoba la noticia de la resolución definitiva del Ministerio de Interior para que la provincia andaluza fuera la sede de la nueva base militar del Ejército de Tierra.

Una vez más, los medios de comunicación se apropian de las verdaderas necesidades del pueblo cordobés, sirviendo de la forma más parasitaria a sus dueños obcecados en culminar sus objetivos imperialistas.

De entre todas las propuestas regionales para acoger la base militar, Córdoba ha sido la elegida definitivamente, lo cual ha propiciado la rápida intervención de todos los sectores reformistas y reaccionarios para mostrar su enorgullecimiento ante la resolución de Interior.

La proposición de Córdoba se materializó en diciembre, cuando el alcalde, en colaboración con la Universidad de Córdoba, hacía pública la decisión del Ayuntamiento de la provincia. Tras esta aparición pública subyace el acto precedente que incluyó la participación de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO), de la mano de representantes de los sindicatos CCOO y UGT, que nuevamente vuelven a mostrar su esencia reaccionaria, abandonando a la clase obrera cordobesa a la que dicen defender, para posicionarse públicamente como un férreo apoyo al nuevo proyecto con fines imperialistas del Estado.

La exhaustiva participación de la Universidad de Córdoba viene a demostrarnos la esencia de las Universidades Públicas en el Estado capitalista. Y es que la Universidad de Córdoba y su rector José Carlos Gómez Villamandos no dudan en manifestar su alegría tras la resolución definitiva, que, en palabras del rector de la Universidad, debe ser analizada «en cuanto a desarrollo y empleo en las próximas décadas siendo un enclave que atraerá, sin duda, a más industrias a nuestro territorio». El rector ha señalado que “para la Universidad de Córdoba es una gran oportunidad que sabrá aprovechar en investigación y formación, y que permitirá aumentar de forma exponencial la excelente relación que la UCO tiene en estos ámbitos con el Ejército de Tierra”.  Se muestra la esencia de la Universidad en su forma más genuina, como engranaje de preparación de obreros cualificados, poniendo de manifiesto su apoyo a los planes imperialistas del Estado. En consonancia con estas declaraciones de la Universidad de Córdoba, ni el Consejo de Estudiantes ni el Frente de Estudiantes, sindicato este último con posiciones pretendidamente defensoras de los intereses de la clase obrera, han emitido una sola palabra acerca del proceso en el que la Universidad se ha visto involucrada. Estas dos organizaciones estudiantiles son las que gozan de la mayor influencia entre el estudiantado de la Universidad de Córdoba, demostrando su incapacidad para atajar los problemas que afectan a la clase obrera.

La postura de Comisiones Obreras y UGT tampoco queda exenta de la influencia de sus aspiraciones de apuntalar el imperialismo. Buena prueba de ello son las declaraciones de Marina Borrego, secretaria general de CCOO en Córdoba, que ha declarado que «Córdoba debe estar de enhorabuena».

Como ya vienen acostumbrando las instituciones del Estado, todas han mostrado su beneplácito ante la noticia, desde el alcalde a la Diputación, hasta la vicepresidenta del Gobierno más progresista de la historia de la democracia española, Carmen Calvo, que haciendo uso de su procedencia cordobesa, se permite afirmar que la base logística del Ejército de Tierra que va a acoger Córdoba es «una magnífica puerta de futuro para todos los cordobeses». Además, este último caso ha supuesto el enfurecimiento del alcalde de Jaén, que no ha dudado en mostrar su decepción tras el rechazo de su provincia, hablando en términos de favoritismo motivado por la procedencia de la vicepresidenta, lo que nos demuestra la esencia reaccionaria de estas instituciones, cuya mayor ocupación es la de enfrentarse por albergar una base imperialista.

Uno de los principales argumentos expuestos por toda la representación imperialista es la creación de trabajo que supondrá la base, calculado en aproximadamente 1400 empleos de proveedores. Sin inmiscuirnos aquí en nociones teóricas de por qué este conocido argumento es falso, pues no es el pretendido del comunicado, nos sorprende como se olvida mencionar el gasto de 350 millones de euros que supondrá la iniciativa, que sin lugar a dudas podrían haber sido puestos al servicio de los sectores populares cordobeses más afectados por la crisis del coronavirus. Por contextualizar se estima que el PIB caerá en Córdoba capital en 2021 un 17% y la mitad en el resto de la provincia. El número de desempleados superaba los 80.000 a principios de noviembre, un 14% más que el año anterior en la misma fecha. El número de ERTE se aproximaba casi a los 2.000 en octubre. Y unas 300 empresas han cesado su actividad desde febrero a octubre. La solución brindada a estos datos por la Junta de Andalucía y el Estado es una base militar, demostrando claramente que sus intereses de clase están muy alejados de las cifras espeluznantes que afectan y afectarán al pueblo cordobés.

También tienden a olvidar los reformistas y sus medios apuntaladores del imperialismo la implicación de establecer una base militar en Córdoba, que convierte a la ciudad en una diana accesible en caso de estallar un conflicto bélico entre los diferentes bloques imperialistas. Sin embargo, como es propio de su naturaleza de clase, se permiten tildar la elección de Córdoba como un lugar geográficamente estratégico. Una vez más, vemos cómo el capital especula con la paupérrima situación de la clase obrera, necesitada a toda costa de garantizar su subsistencia tras los impactos de la grave crisis, para justificar sus proyectos imperialistas.

Como apunte de otro tema de controversia relacionado con la base logística, también encontramos contradicciones en el lugar que alojará a la misma. Las tres proposiciones son las de El Higuerón, La Rinconada y La Carlota, siendo la primera opción la más apetecible para el Ayuntamiento. Se trata de una zona que incluye miles de metros que están ubicados en Suelo no Urbanizable de Especial Protección Vega del Guadalquivir. Esto es, habría que recalificar una gran parte del terreno para poder utilizarlo con fines industriales, constituyendo así un atentado a nivel ecológico, que como es evidente, no tendrá ninguna repercusión ulterior, y las protestas de los colectivos ecologistas promotores del individualismo más recalcitrante serán mínimas.

La solución de los problemas de los trabajadores cordobeses no concilia con ningún proyecto imperialista que convierta a la ciudad en un foco de posibles contingencias, así como su liberación no puede venir acompañada de aquellas fuerzas políticas y sindicatos que brindan incondicionalmente su apoyo a estos proyectos estatales. Es por eso que llamamos a todos los sectores populares de la provincia de Córdoba a denunciar la nueva estrategia estatal para convertir a la provincia en un nuevo lugar de hospedaje de bases militares del Ejército de Tierra, cuya naturaleza no le permite más que la creación de miseria y la destrucción de aquellos países por los que pase. Llamamos a todos estos sectores populares que sufren los efectos del régimen capitalista en su fase imperialista y fascista: estudiantes, trabajadores, desempleados, pensionistas… a organizarse unitariamente en un Frente Único del Pueblo para tumbar a esa clase imperialista y fascista que es la burguesía, reemplazarla en la dirección de la economía y la política conllevando así al levantamiento de un Estado obrero por la sociedad.

¡FUERA BASES MILITARES! ¡ABAJO EL IMPERIALISMO!
¡POR LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO!

Comité Provincial del PCOE en Córdoba

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