Nicolas Tomás.— Al más puro estilo sanchista, después de que más de 200 artistas firmaran un manifiesto por la libertad del cantante Pablo Hasel, La Moncloa dio un golpe de efecto. En forma de comunicado, anunció una iniciativa para reformar el Código Penal y evitar que artistas como el rapero leridano o Valtonyc puedan acabar en la cárcel. Un capítulo que ha derivado, una vez más, en una guerra civil dentro del gobierno de coalición. Y el socio mayor avisa: se hará desde los ministerios del Interior y Justicia, curiosamente ambos en manos del PSOE. Y se hará de forma reposada, sin prisas. Lo único que parece ser inminente es el ingreso en prisión de Hasel.
La cronología de los hechos de la nueva batalla. Este lunes por la noche, a las 20:56, justo antes de los telediarios, La Moncloa difundió un inconcret comunicado donde se limitaba a decir que revisaría los delitos relacionados con la libertad de expresión, para la despenalización en el caso de las manifestaciones culturales y artísticas. Pero nada sobre el cómo ni el cuándo. Este martes por la mañana, Podemos ha sido mucho más concreto, registrando una proposición de ley en el Congreso de los Diputados, que ya habían preparado desde hace meses. La iniciativa busca que expresiones críticas con los poderes del Estado no sean consideradas como delito. Pero el socio mayoritario ha avisado después: la reforma se hará en el marco del ejecutivo, no en el marco del Congreso, y la trabajarán los ministros Juan Carlos Campo y Fernando Grande-Marlaska.
Así, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes, la portavoz María Jesús Montero ha situado la iniciativa de sus socios en el marco de la campaña electoral catalana. En este sentido, la dirigente socialista ha asegurado que «algunas formaciones quieren capitalizar algunas cuestiones porque el domingo tenemos elecciones, y todas las formaciones se quieren situar en mejores condiciones de cara a la votación». En el mismo contexto electoral ha situado las declaraciones de Pablo Iglesias cuestionando la «normalidad democrática» en el Estado español.
Por otra parte, desde el Gobierno enfrían la inminencia de esta reforma. No se hará a través de una reforma específica por la vía de urgencia, sino a través de la reforma global del Código Penal, la misma que incluye la reforma de la rebelión y sedición. De esta reforma no se ha sabido nada mes desde finales del año pasado, cuando expiró la promesa del mismo ministro Juan Carlos Campo para llevarla al Consejo de Ministros. Ha avisado que «no es una ley cualquiera que se pueda modificar de forma permanente», y que por eso «es necesario un amplio consenso».
Desde el ejecutivo central tampoco dan detalles sobre el contenido, ni el de la sedición ni el de los delitos de expresión. La portavoz ha dicho que no conoce los detalles. Tampoco ha aclarado un posible indulto a Pablo Hasél en caso de que la reforma no llegue a tiempo, Montero ha echado balones fuera y ha evitado responder.
Más en el fondo de la cuestión, María Jesús Montero ha justificado que la iniciativa tiene que permitir «garantizar la proporcionalidad» entre los hechos y la aplicación de la norma para dotar de más seguridad la libertad de expresión. Es una reforma, ha defendido, que «puede ser suscrita por gran parte de la sociedad española que asiste atónita a estas consecuencias penales». Y ha concluido: «Es un gobierno que no sólo cree en la democracia, sino también en la participación y la capacidad de escucha».
Las palabras de Iglesias y el 14-F
Lo ha hecho con la iniciativa para despenalizar los delitos de expresión. Y también con las palabras de Pablo Iglesias asegurando que en España no hay «plena normalidad democrática» por la existencia de presos políticos y exiliados. La ministra socialista lo ha enmarcado, una vez más, en la campaña de las elecciones catalanas. Ha dejado claro que en el Gobierno «no hay ninguna duda de que España es una democracia llena» y que no hay presos políticos. «Quiero entender que las palabras del vicepresidente son una expresión para mejorar la calidad democrática del país», ha concluido.
Llamamiento a la participación
Con respecto a las elecciones propiamente dichas, María Jesús Montero ha hecho un llamamiento a la participación de los catalanes, que tiene que ser «amplia», pero siempre «en condiciones de seguridad». En los mismos términos se ha expresado la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que ha expresado la «máxima confianza» en los organizadores de los comicios y que todo saldrá bien, siguiendo los ejemplos de otras elecciones celebradas en España y fuera de España.