Ya son cinco noches consecutivas que varias ciudades españolas, en particular Cataluña, son escenario de marchas en apoyo de Pablo Hasél, condenado a nueve meses de prisión por unos tuits en los que insultaba a la monarquía y la policía y ensalzaba a personas implicadas en delitos de terrorismo.
En Barcelona, capital catalana, la protesta se inició en la Plaza de la Universidad, donde la Guardia Urbana calculó una presencia de 6000 personas concentradas.
Conforme publican los medios, grupos de encapuchados saquearon comercios del Paseo de Gracia y sucursales bancarias fueron violentadas con barras de hierro, piedras y otros objetos contundentes.
Además, los manifestantes lanzaron botellas, latas y petardos contra los agentes, que cargaron contra ellos. La policía regional, los “Mossos d’Esquadra”, informó que 11 personas fueron arrestadas en toda Cataluña, ocho en Barcelona.
Según los servicios de emergencia de la región, las protestas dejaron seis heridos, incluyendo dos en Barcelona.
Por otra parte, en Madrid, la capital de España, más de un centenar de personas se congregó en la céntrica plaza de Callao, por segunda vez esta semana para apoyar al rapero leridano, en medio de un dispositivo policial destinado a prevenir que se repitan los disturbios de días previos.
Desde las 19:00 horas, como estaba previsto, los manifestantes corearon consignas como “Libertad Pablo Hasél” o “Absolución detenidos”.
“Detrás hay un problema mucho mayor de libertad de expresión, precariedad laboral, problemas de acceso a la vivienda, que lleva a la juventud al límite”, denunció Josef María Arnal, uno de los participantes en las manifestaciones de Barcelona.
La detención del rapero ha avivado además en España el debate sobre la libertad de expresión y ha profundizado las diferencias en el seno de la coalición gubernamental, entre los socialistas, del presidente Pedro Sánchez, y el partido de izquierda Podemos.
Hasta la fecha, más de cien personas han sido arrestadas en el marco de estas protestas, y centenares resultaron heridas en los enfrentamientos, incluyendo muchos agentes de policía y una joven que perdió un ojo tras haber sido alcanzada por un proyectil de foam (balas de un material similar a la goma) lanzado por la policía.
