Ruanda atribuye a Francia la “pesada responsabilidad” por su papel en el genocidio de 1994 en ese país africano. Según un informe del gobierno ruandés, el país europeo fue un colaborador indispensable del régimen hutu, que organizó la matanza de unas 800.000 personas en solo tres meses. Sin embargo, a finales de marzo, una comisión especial, encabezada por el presidente Emmanuel Macron, concluyó que París no estuvo implicado en la masacre.