La reubicación de la basura se convierte en un problema cada vez más complicado, sobre todo para los países desarrollados, los principales generadores de residuos. La Unión Europea, por ejemplo, se vio afectada por la prohibición de China de importar desechos. Ahora, gran cantidad de ellos, en vez de destinarse a Asia o pasar por el reciclaje, terminan en países menos desarrollados del bloque, como Bulgaria o Rumanía.