Supongo que es sencillo engañar a la gente cuando la has llevado a pensar que el problema es que haya viviendas vacías. Pero el problema REAL es que hay gente sin vivienda, para lo cual el nuevo decreto de vivienda del gobierno vasco evidentemente no va a solucionar nada.
Al contrario, si algo pretende es disminuir el parqué de viviendas okupables, es decir, dificultar silenciosamente que el proletariado tenga un fondo de vivienda vacía disponible en el que entrar sin pagar. En definitiva; dificultar aun más la vivienda a quien no pueda pagarla.
Como no puede ser de otra manera, claro está, la vivienda seguirá siendo un claro ejemplo de vulneración de esos sacrosantos derechos humanos tan cacareados por la burguesía criminal que nos gobierna, pero ahora será un asunto atado más en corto por el estado y los burócratas.
Pero el nuevo decreto, que prevé la expropiación de viviendas antiguas que no puedan ser mantenidas/atendidas para ponerlas bajo control de ‘asociaciones’ de su confianza, y que facilita la comercialización en régimen de alquiler a propietarios mediante agencias de mediación, no sólo busca suprimir la existencia de vivienda vacía ‘incontrolada’ ante posibles usuarios gratuitos indeseados (control proletario directo del espacio), sino que también busca ampliar el mercado de la vivienda, es decir, convertir en activos todo ese parqué de vivienda que ahora mismo está fuera de la circulación del valor. Especialmente allí donde por demanda creciente supone una desvalorización espacial que podría ser explotada por grandes fondos inmobiliarios, etc. Este decreto, que pretende apretar el cuello aún más al proletariado y expulsar al pequeño propietario de los centros de interés inmobiliario, está siendo aplaudido por no pocos movimientos sociales y partidos de izquierdas, recibido con interés. ¿Pero que tenemos que celebrar con este atentado a las escasas condiciones residuales que en el anterior régimen burgués de vivienda quedaban para una acceso gratuito a la vivienda mediante la organización o la alegalidad a tantos y tantos miles de personas?
Como decía al principio, para la burguesía efectivamente el problema (económico y político/social) es la vivienda vacía, no las personas sin vivienda. Eso es lo que viene a reformar el decreto, a favor de las clases propietarias, en contra del proletariado.
Por cierto que la reforma legal corre pareja con la dinámica de desahucios y desalojos, hoy mismo cerca de 200 personas han sido desalojadas por el brazo armado de la burguesía de su vivienda en Olarizu, aprovechando el golpe de efecto mediçatico de esta estafa de decreto.
El proletariado sigue siendo la clase que por definición no tiene un sólo derecho económico en la formación social donde domina el poder capitalista. En esto parece que izquierda y derecha están de acuerdo: celebrar el alquiler como un elemento positivo y de progreso, cuando es un atentado a las condiciones más elementales de vida del proletariado, es estar más preocupado por las viviendas vacías que por las personas sin vivienda. He ahí el marco hermenéutico de la izquierda, que como la derecha, no ve más allá de la ley de propiedad burguesa.