La proporción de dólares estadounidenses en el fondo se redujo del 35% a cero, mientras que la proporción de la libra esterlina se redujo al 5%. Las acciones del euro y del yuan chino se incrementaron al 39,7% y al 30,4%, respectivamente. La participación del yen japonés es del 4,7% y la participación del oro no monetario es del 20,2%, según el comunicado oficial del Ministerio de Finanzas.
“Estas operaciones de conversión se realizaron con los fondos de la NWF en moneda extranjera colocados en cuentas en el Banco de Rusia a partir del 1 de julio de 2021, así como con fondos del presupuesto federal en moneda extranjera por el equivalente a 31,6 mil millones de rublos, acreditados al Fondo el 2 de julio de este año para formarlo de acuerdo con la legislación de la Federación de Rusia ”, destaca el comunicado.
El ministerio indicó que el yuan y el euro se consideran una alternativa al dólar «como las monedas de los principales socios económicos extranjeros de Rusia», mientras que el oro se considera «un activo capaz de proteger las inversiones de la NWF de los riesgos inflacionarios».
El Ministerio de Finanzas explicó que sus últimos pasos tenían como objetivo «garantizar la seguridad de los fondos de la NWF en el contexto de las tendencias macroeconómicas y geopolíticas de los últimos años, y las decisiones encaminadas a la» desdolarización «de la economía rusa». La acción del ministerio refleja un movimiento similar realizado recientemente por el banco central de Rusia para reducir los activos en moneda estadounidense.
En abril, el viceministro de Relaciones Exteriores, Alexander Pankin, dijo a los periodistas que las tensiones políticas entre Washington y otras naciones estaban socavando la fe en el dólar a nivel mundial.
Pankin dijo que las sanciones estadounidenses y la política económica impredecible «ponen en duda la confiabilidad y conveniencia de usar la moneda estadounidense como moneda prioritaria de los acuerdos». Como resultado, dijo el ministro, los países ahora se ven «obligados a tomar medidas contra el riesgo de pérdidas económicas y transacciones interrumpidas», mientras que el uso de otras monedas en el comercio se está volviendo cada vez más conveniente en la agenda internacional.