Anteriormente, el más alto tribunal administrativo de Berlín y Brandeburgo había prohibido de hecho este tipo de actos, rechazando un recurso para prohibir las protestas de los disidentes del covid. Las protestas se convirtieron rápidamente en enfrentamientos con la policía, que no dudó en utilizar porras y gas pimienta.
Las imágenes muestran helicópteros sobrevolando el cielo de la capital alemana y ambulancias corriendo por las calles hacia el lugar de los enfrentamientos.
Sigo teniendo, como todo el mundo, sospechas de que lo del “COVID-19”, virus del cual parece habérsele caído el “19”, -acaso del 18 de octubre de 2.019-, ni fue ni es ni oarece será normal, léase anormal, tal y como lo resulta la casi desaparición paralela de la gripe. Uno no está ni con la “teoría de lo antigi@s astronautas” ni con con un anti-científico “negacionismo”, sospechosamente muy ligado a ultra-diluidas “medicinas” (sic) “homeopáticas” y/o a ultra-sectarismos “religiosos”; no obstante, el hecho de que al capitalismo, y saber aú si también cierto socialimperialismo chino, se le/s fuera de las manos o sencillamente se le/s fuera la mano (involuntaria o voluntariamente), viene/nestando detrás de todo lo que viene aconteciendo. Dicho lo cual, cabe decir que en primer lugar se deberían nacionalizar las patentes de las vacunas, cuando no toda la Industria farmcéutica, e inmediatamente poner s disposición de todo el planeta todas las vacunas cientïficamente probadas por eficientes. El renunciar y oponerse a toda medida de control, por fácil y hasta revolucionario que pudiera parecer, a mi entender, y con mucho más de la mitad de la humanidad sin siquiera una primera dosis de vacuna, más bien podría devenir en contra-revolucionario. Porque la ineptitud y la actitud fascista policial no hace revolucionari@ a gente revoltosa que a saber si lo es de motu propio u obedece a condignas incluso también fascistas. De todo ésto, de la no siempre legítima lucha de los colectivos hetero-homo-trans-dis o incluso a-sexuales, así como de otras luchas que seguro nos vendrán impuestas por tanta “ducha”, digo lucha de “lluvia ácida” anti-socialista, lo que iremos viendo es una práctica extinción de la LUCHA DE CLASES. Así pues, con mucho más autocontrol individual y colectivo, debemos ocupar las calles, para que no nos la robe la reacción, para que desde ella, y mejor mucho más pronto que tarde, no dejemos ningún Palacio de Invierno por asaltar…¡Socialismo o barbarie! ¡Comunismo o cáos!