A través de un comunicado emitido el lunes, el Comando Espacial de EE.UU. denunció que Rusia realizó los últimos días pruebas de misiles antisatélite que resultó en la destrucción de uno de sus satélites en órbita y generó desechos en el espacio.
“Estamos trabajando activamente para determinar el campo de desechos y seguiremos asegurándonos de que todas las naciones que navegan en el espacio tengan la información necesaria para maniobrar los satélites si son impactados”, se lee en el informado.
De acuerdo con el anunciado, se seguirá cooperando con las organizaciones internacionales, incluido el Departamento de Estado y la NASA a fin de proporcionar más información al respecto.
A su vez, el general del Ejército de EE.UU., James H. Dickinson, señaló que las pruebas de Rusia son una amenaza a los sistemas espaciales estadounidenses y los aliados y aseguró que Washington está listo para defender a su nación y los aliados.
Según un informe publicado 10 de noviembre, el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, confirmó que Rusia desarrolla su nuevo escudo S-550 que es un sistema de misiles tierra-aire de próxima generación con un alcance de alrededor de 600 kilómetros (370 millas). Se trata de un arma insignia que se está desarrollando para interceptar y destruir misiles balísticos intercontinentales, así como aviones y misiles de crucero hipersónicos.
Durante los últimos años, Rusia ha modernizado gran parte de su armamento, incluidos misiles, cazas y tanques, para hacer frente a los posibles ataques contra su seguridad proveniente de las fuerzas de Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) desplegadas en los países limítrofes en el flanco occidental de la Federación Rusa.
Conforme destacan expertos, los estadounidenses incluidos, el poderío militar de Rusia supera el de Estados Unidos y países de la OTAN por sus armamentos modernizados, que son capaces de hacer frente a las amenazas enemigas.
