Xin Yue.— La llamada «Cumbre por la democracia», una farsa planeada por Estados Unidos, está a punto de ser escenificada. Su puesta en escena solamente servirá para instigar la división e incitar a la confrontación mundial bajo la “noble” bandera de la democracia.
Bajo el pretexto de promover la democracia, Estados Unidos ha estado interfiriendo en los asuntos internos de otros países buscando hegemonía y poder. Las acciones de Estados Unidos han saboteado la paz mundial, creado crisis humanitarias y llevado al desplazamiento de millones de personas del orbe.
Bajo el pretexto de exportar la “noble” democracia estadounidense, ese país ha recurrido a todos los medios imaginables para desestabilizar, entrometiéndose en las elecciones de otros países, instigando el caos, subvirtiendo el poder estatal e incluso iniciando guerras.
Desde la Segunda Guerra Mundial, casi todos los presidentes de los Estados Unidos se han lanzado o participado en guerras de alcance extraterritorial. Durante la última década, Estados Unidos ha invadido a más de 20 países y manipulado las transiciones del poder estatal. También ha participado o manipulado las «revoluciones de color» en países de Europa Central y Oriental, Asia Central, Asia Occidental y África del Norte.
Al exportar la “noble” democracia estadounidense a otros países, lo que Estados Unidos hace es antidemocrático porque interfiere de manera visceral en los asuntos internos de otros países.
Estados Unidos está obsesionado con exportar su democracia en beneficio propio. En abril del 2021, la propia vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, admitió que hay guerras inciadas por Estados Unido que se libraron por el petróleo.
Cuando Estados Unidos ejerció la «jurisdicción de brazo largo» exportando armas a algunos países e imponiendo sanciones unilaterales, siempre se benefició del caos que el mismo había creado.
Entre 2009 y 2017, Estados Unidos saqueó 190 mil millones de dólares a Europa, primero imponiendo severas sanciones a compañías europeas como Alstom, para luego facilitar la compra de esas mismas compañías por parte de empresas estadounidenses.
Las estadísticas publicadas en 2021 por el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) indican que Estados Unidos representó más de un tercio de las exportaciones mundiales de armas en los últimos cinco años, índice que lo convierte en el mayor exportador de armas del mundo.
Estados Unidos no ha logrado permitir que la democracia estadounidense «florezca» a nivel mundial. Lo que ha hecho es promover la guerra en todo el mundo. Desde el lanzamiento de la llamada «guerra contra el terrorismo» en 2001, Estados Unidos y sus aliados han causado al menos 480.000 muertes en Oriente Medio, la mayoría de las cuales son civiles inocentes. La retirada apresurada del ejército estadounidense de Afganistán en agosto de este año fue una señal de que esa política estadounidense en los últimos 20 años había sido un fracaso total.
Al mismo tiempo, Estados Unidos continúa mirando hacia un lado cuando de su propia situación democrática se trata. Debido a la incompetencia del gobierno de Estados Unidos en el manejo de la pandemia de COVID-19, la sociedad estadounidense ahora sufre una creciente división entre ricos y pobres, el aumento del conflicto entre los diferentes grupos étnicos y un creciente populismo que exponen aún más las deficiencias de la democracia estadounidense.
Una encuesta realizada por Associated Press en febrero de 2021 indicó que solo el 16 por ciento de los estadounidenses pensaba que la democracia estadounidense funciona bien, mientras que casi la mitad piensa lo contrario.
«Si Estados Unidos viera lo que Estados Unidos está haciendo en Estados Unidos, Estados Unidos invadiría Estados Unidos para liberar a Estados Unidos de la tiranía de Estados Unidos», tuiteó Mohamad Safa, representante permanente del Líbano ante las Naciones Unidas.
La democracia no está diseñada para salvaguardar las ganancias egoístas de ciertos países. Estados Unidos ha utilizado todos los medios para interferir y dictar la democracia de otras naciones. Durante este proceso, la hipocresía de la democracia estadounidense se ha evidenciado aún más. Una encuesta realizada por el Pew Research Center en noviembre de 2021 demostró que fuera de los Estados Unidos, alrededor del 57 por ciento de los encuestados consideran que no creían que la democracia estadounidense fuera un buen ejemplo a seguir. Por adición, un 72 por ciento de los encuestados que residen en Estados Unidos pensaban lo mismo.
Durante años, Estados Unidos ha estado juzgando la democracia de otros países y exportando su propia democracia sin siquiera pensar si es adecuada o no. Estados Unidos ha privado a otros países del derecho y la libertad de explorar un camino democrático que se adapte a sus propias condiciones nacionales. Este acto coercitivo es esencialmente antidemocrático, aunque se venda bajo el disfraz democrático.
La llamada «Cumbre por la democracia» es una nueva herramienta empleada por Estados Unidos para reunir a sus aliados, mientras decide excluir a otros países del orbe. El mundo de hoy ya no está controlado por unos pocos países, y Estados Unidos -que ha pisoteado y traicionado el espíritu y los valores democráticos bajo el pretexto de promover un mundo mejor- estará obligado a enfrentar la oposición y resistencia de la comunidad internacional.
La intromisión de USA en Etiopia ha sido intolerable. Después de las primeras elecciones libres de la historia de Etiopía en agosto 2021 y del desafío lanzado por el antiguo régimen de Tigray contra el primer ministro, USA se ha posicionado del lado de los rebeldes de Tigray (TPLF) Que expoliaron el país sure ante 27 años, manipulando sin escrúpulos los grandes medios, que han perdido -por avenirse a esas presiones- su máximo activo: la credibilidad.