Las organizaciones sociales y populares que conforman el Colectivo Unitario de Dirección anunciaron, para enero de 2022, diversas movilizaciones para exigir al gobierno dé respuesta a las aspiraciones de los trabajadores, como la lucha por los presupuestos para salud y educación en todos sus niveles, la entrega de medicinas para las personas que sufren de enfermedades catastróficas y degenerativas, la defensa del IESS y el pago de la deuda millonaria que el Estado mantiene con esta entidad; exigir al gobierno que cobre a los grandes deudores y evasores de impuestos, en lugar de privatizar las empresas públicas; la baja de los intereses en los préstamos, la lucha por la derogatoria de las leyes que benefician a la burguesía y exigir la creación de nuevas leyes que cubran la deuda social con las mujeres, la juventud, los artistas, los trabajadores autónomos, entre otros.
El 22 de diciembre de 2021, Guillermo Lasso se refirió a Leonidas Iza, presidente de la Conaie, acusándolo de “anarquista, odia a la democracia, la institucionalidad (…) hay que enfrentarlo con la Constitución y con la ley en la mano (…) lo vamos a enfrentar con todo el poder del Estado, con toda la fuerza pública, para que quienes quieren anarquizar este país, interrumpir servicios públicos y profundizar una crisis económica ya de por sí afectada por la pandemia, terminen con sus huesos en la cárcel, porque no hay más alternativa si quieren anarquizar el Ecuador, este Gobierno no se lo va a permitir al señor Leonidas Iza”, declaró Lasso.
Reviste particular importancia esta diatriba en contra del presidente de la Conaie por varias cuestiones. En estos momentos en que Lasso y su gabinete son incapaces de resolver la grave crisis económica, las organizaciones sindicales, de indígenas, de mujeres y colectivos de toda índole se movilizan para exigir sus derechos y los de la naturaleza. Cuando acusa a Iza de anarquista, de no creer en las instituciones y en la democracia, lo que busca es estigmatizar a los luchadores sociales, recogiendo el viejo discurso de la burguesía, que apunta a aislar al líder de su pueblo y, de esta manera, justificar la persecución. Ya no se trata de insultos y amenazas de cárcel contra un individuo, se convierte en una amenaza a todos los líderes de comunidades, defensores de los derechos humanos y de la naturaleza, los activistas sociales, entre otros. Además, levanta un discurso de odio y discriminación en contra de los pueblos que participaron del levantamiento de Octubre de 2019, justificando, también, la violencia desde el Estado.
Lasso amenaza con emplear toda la fuerza pública para detener la movilización social, no dudará en violentar los derechos de quienes se atrevan a levantar su voz. Lasso criminaliza nuevamente la protesta social, pone en marcha toda la maquinaria estatal para judicializar las acciones de defensa de derechos en el afán de desmovilizar a los pueblos.
El Colectivo Unitario de dirección sostiene que la movilización continúa, que no darán marcha atrás para defender los intereses de los pueblos. Participar en estas jornadas de movilización permitirá alcanzar victorias.