Las violentas protestas en Kazajistán, que empezaron por la subida de los precios del gas licuado del petróleo en el país, adquirieron matices políticos y desembocaron en enfrentamientos entre los grupos más violentos y las fuerzas de seguridad, entre los que ya hay heridos y muertos, según los datos oficiales. Ante este panorama, RT conversó con el profesor de historia contemporánea José Luis Orella, quien opina que la situación podría ser utilizada para organizar una nueva revolución de color.













