
Los aviones de combate de Arabia Saudí bombardearon el viernes una cárcel temporal en la provincia de Saada, en el noroeste de Yemen, donde más de cientos de personas perdieron la vida o resultaron heridas.
Mediante un mensaje publicado en la misma jornada en su Twitter, el exlíder del Partido Laborista (PL) británico, Jeremy Corbyn, subrayó que el Reino Unido, al vender armas a Arabia saudí, se ha convertido en cómplice de los crímenes de guerra contra los yemeníes.
Corbyn, además de condenar la agresión saudí, urgió al Gobierno británico a detener la venta de armas a la monarquía saudí.
Airstrikes in Yemen last night killed more than 60 people dead and caused a nationwide internet blackout.
The UK government is complicit in these crimes through arming and training the Saudi-led war on Yemen.
Arms sales to Saudi Arabia must end now. https://t.co/Ibm5EVIxQp
— Jeremy Corbyn (@jeremycorbyn) January 21, 2022
Desde el marzo de 2015, la fecha en la que el régimen saudí y sus aliados pusieron en marcha una brutal campaña militar contra Yemen, Londres ha estado proporcionando apoyos militares, financieros y diplomáticos a la colación agresora.
Además de ese tipo de respaldos, el Reino Unido ha enviado uniformados de las fuerzas especiales del Servicio Aéreo Especial del Reino Unido (SAS, por sus siglas en inglés) al país árabe. Saná ha advertido que el país europeo pagaría un alto precio.
Los ataques saudíes, en muchas ocasiones perpetrados con aeronaves y bombas fabricadas en países occidentales, han dejado más de 100 000 yemeníes muertos, en su mayoría civiles.
Yemen enfatiza que Washington y Europa ven la crisis en este país como un “mercado” para beneficiarse de la venta de armas a Arabia Saudí.