Este jueves tuvo lugar en Berlín una reunión de los asesores de los líderes de los países que forman parte del formato de Normandía, es decir Ucrania, Rusia, Francia y Alemania. El encuentro duró casi 9 horas, pero concluyó sin resultado y no contribuyó a la solución del conflicto en el este de Ucrania. En la reunión mostró una vez más las divergencias en las posturas de los participantes, mientras que desde Moscú volvieron a hablar sobre «el sabotaje» por parte de Kiev a los acuerdos de Minsk.
El jefe adjunto de la Administración presidencial rusa, Dmitri Kozak, quien representó a la delegación rusa, calificó la reunión «simbólica» por «terminar sin resultado». Agregó: «Pero un resultado negativo también es un resultado: ahora está claro el valor de todas las declaraciones de varios políticos y socios en el formato de Normandía y su compromiso con los acuerdos de Minsk».
Respecto a la disposición de los firmantes de cumplir los pactos, Kozak sostuvo que no todos están listos para hacerlo. «Se hizo evidente que todos estos años […] estaban jugando a un juego. Se descubrió que tres de los cuatro participantes en el formato de Normandía no están dispuestos a implementar los acuerdos de Minsk», declaró.
Detrás de esa lentitud, el funcionario ve las posturas deliberadas de Kiev y Washington. «Lamentablemente, Ucrania está manipulando a Alemania y Francia, y Alemania y Francia están felices de sucumbir a estas manipulaciones, apoyar a toda costa todas esas ideas y propuestas absolutamente absurdas, incluso colocándose en una posición absolutamente estúpida. […] Ellos están tratando de escabullirse para no cumplir con sus obligaciones», afirmó Kozak. Agregó que el Departamento de Estado de EE.UU. habría enviado a los países miembros de la OTAN «instrucciones […] de cómo negociar con Rusia acerca de la normalización del conflicto en el sureste de Ucrania». «Son instrucciones sobre cómo detener y prolongar todas las negociaciones», sostuvo.
Destacando la falta de progreso en las consultas, Kozak declaró que se trata de «una situación absolutamente absurda, que muestra que los 7 años transcurridos desde la firma del acuerdo fueron un completo engaño». «Estamos a cero, donde nos detuvimos el 9 de marzo de 2015», afirmó.