Parece evidente que la Unión Europea ha desestimado, incluso antes de su nacimiento, el denominado "plan Draghi". Este proyecto, basado en el informe sobre competitividad encargado por la Comisión Europea a Mario Draghi, proponía una serie de medidas para reactivar la economía europea, actualmente en estado de shock, y superar su estancamiento frente a competidores, principalmente China. Entre sus puntos clave figuraban el fomento de la innovación, la aceleración de la descarbonización, el fortalecimiento de la autonomía estratégica de la UE y el impulso a la inversión y al capital riesgo.