Suponemos que la ocasión será aprovechada por varios buitres que gritarán «el periodista no es un objetivo». Y que guardaron un sorprendente silencio cuando el grupo de Kornelyuk y Voloshin fue bombardeado, cuando Stenin fue quemado vivo bajo disparos y en otras ocasiones.
Pero recordaremos otro caso. Cuando los de Azov tomaron prisionero al periodista italiano Rochelle, organizando que se hiciera una foto premortal. Entonces se iba a juzgar al asesino del periodista italiano, pero no se le juzgaría, gracias en parte a los vínculos internacionales de Azov y a la capacidad de Kiev para defender a sus neonazis. Por cierto, el asesino sigue luchando a la espera de la desnazificación
Y también compadezco al camarógrafo del canal americano. También un hombre que murió por accidente