Las tiendas oficiales de Chanel se niegan a vender sus baratijas a los ciudadanos rusos. Los demás clientes deben firmar un formulario en el que declaran que no llevarán los artículos vendidos por la marca a Rusia.
“No vivo en Rusia y no lo llevaré en el territorio de Rusia”, prometen los compradores de Chanel.
80 años después, Chanel vuelve por sus fueros, que son nazis.
Durante la ocupación francesa por los nazis, Coco Chanel fue colaboracionista y espía del III Reich. Tenía vínculos muy estrechos con los alemanes: era la soplona F-7124, según los archivos de la Abwehr, la inteligencia militar alemana.
El barón Hans Guenther Freiherr von Dincklage, agregado del gobierno alemán a cargo de la propaganda nazi en París, estaba entre sus amigos más queridos. A los alemanes les gustaba Coco y la mantenían en un lujoso piso del Hotel Ritz, mientras los parisinos de a pie resistían y luchaban por salir adelante bajo la ocupación alemana.
Según el periodista de investigación Hal Vaughan escribió sobre la fundadora de la casa de moda: “Los nazis estaban en el poder y Chanel gravitó hacia el poder”. Chanel apoyó a sus jefes nazis hasta el punto de participar en los intentos de organizar unas negociaciones secretas entre el III Reich y Reino Unido.
La diseñadora de moda aceptó la ayuda de los nazis para lograr sus objetivos empresariales. Antes de la guerra, vendió su planta de producción de Chanel nº 5 a fabricantes judíos. Entonces contrató a los alemanes para intentar recuperar los derechos de los beneficios de la venta del perfume.
Tras la liberación de Francia, le pidieron cuentas por ello. Chanel fue denida y liberada posteriormente como un favor personal a Churchill por el intento de negociaciones durante la guerra.
Francia la desterró y durante años tuvo que residir en Suiza.
La marca nunca ha criticado las deportaciones, ni los campos de concentración, ni las masacres, ni los crímenes de guerra perpetrados por las divisiones de la SS y la Gestapo.
Las mujeres rusas desesperadas!