En un comunicado emitido este martes, el portavoz de la Cancillería iraní, Said Jatibzade, ha expresado sus condolencias a las familias de las víctimas del ataque múltiple con explosivos que ha tenido como objetivo una escuela en un barrio chií en Kabul (la capital afgana), lo cual ha dejado al menos seis muertos y más de 20 heridos.
Deseando una pronta recuperación para los heridos en las explosiones, el portavoz iraní ha pedido a las autoridades afganas que tomen “medidas inmediatas para identificar a los autores de este crimen y juzgar y castigarlos”.
Además, en un mensaje en Twitter, Jatibzade ha arremetido contra los terroristas takfiríes por cometer otro crimen en Afganistán y derramar la sangre de los niños afganos, lamentando que estos elementos “antirreligiosos” ni siquiera observaron la “reverencia del mes de Ramadán”, el mes del ayuno de los musulmanes.
A su vez, el portavoz del Gobierno iraní, Ali Bahadori Yahromi, ha recalcado en su cuenta en Twitter que “apuntar a niños inocentes en el mes sagrado del Ramadán mostró una vez más la realidad de los terroristas criminales”.
Las explosiones han ocurrido cuando los estudiantes de la escuela secundaria Abdul Rahim Shahid, en el oeste de la capital afgana, salían de sus clases.
El primer ataque ha tenido lugar en la entrada del colegio. Al cabo de unos minutos, cuando han llegado algunos equipos de rescate y otros estudiantes, ha sido detonado otro explosivo. Un tercero lo ha hecho después, en los aledaños del centro.
Muchos de los ataques de los últimos meses en Afganistán han sido reivindicados por el grupo terrorista Daesh.
En mayo del año pasado, al menos 85 personas, en su mayoría estudiantes, murieron y unas 300 resultaron heridas cuando tres bombas explotaron cerca de su escuela en Dasht-e-Barchi, en el oeste de Kabul.