Tras tres meses del inicio de la operación militar rusa en Ucrania, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, calificó de correcta la decisión. Recordó la brutal represión en el este de Ucrania por las autoridades de Kiev y las evidencias que probaron su implicación en más de 30 laboratorios biológicos militares de Estados Unidos para desarrollar armas de destrucción masiva.
El alto mando castrense también denunció que Occidente no solo niega la existencia del neonazismo en Ucrania, sino que acoge con honor a los representantes de las unidades nazis implicadas en sangrientas atrocidades, incluso contra su propia gente. Añadió que los países occidentales no escatimaron esfuerzo para hacer fracasar la campaña de Moscú.
El conflicto en Ucrania también se discutió en el Foro Económico Mundial de Davos. Aunque la Unión Europa admite que no puede imponer una prohibición total e inmediata a la energía rusa por Ucrania, asegura que enviará, por primera vez en su historia, armas a Ucrania, solo para atestiguar un fracaso estratégico del presidente de Rusia, Vladimír Putin.
Ucrania debe ganar esta guerra y la agresión de Putin debe ser su fracaso estratégico. Así que haremos todo lo posible para ayudar a los ucranianos que retomen el futuro en sus manos. Por primera vez en la historia, la Unión Europea proporciona ayuda militar a un país bajo ataque. Estamos movilizando todo nuestro poder económico, nuestras sanciones y estas socavando la economía rusa, y así se agotará la maquinaria de guerra del Kremlin.
Ante tal postura, Moscú asegura que continuará su operación militar especial en Ucrania hasta alcanzar sus objetivos, pese a la desmedida ayuda militar a Kiev y la presión de las sanciones. Las medidas coercitivas de Occidente, al parecer, resultaron eficaces solo en el papel, pues, la moneda rusa, el rublo, ha alcanzado su nivel más alto respecto al dólar y el euro.
