Hace no tanto tiempo, el presidente del Gobierno Español, Pedro Sánchez, dijo que en esta cárcel de naciones llamada España había una “democracia plena”. No pudo mentir de manera más notable; decir semejante falacia y, de inmediato, su nariz creció kilómetros y kilómetros.
La ausencia de democracia nos lo recuerda todos los días numerosos ejemplos, pero ahora nos referiremos al caso de Germán Rodríguez. ¿Qué democracia puede sostener que, 44 años después, el asesinato de Rodríguez continúe impune? La injusticia es evidente, y sin justicia la democracia no existe. Sánchez no es otra cosa que un agente del gran capital, que es quien en verdad gobierna.
Ayer, 8 de julio, se cumplían 44 años del mencionado asesinato por parte de la policía (durante los Sanfermines de 1978, con Rodolfo Martín Villa como ministro de la Gobernación). Por eso la plataforma Sanfermines 78 Gogoan y la Federación de Peñas de Pamplona organizaron el habitual el acto en recuerdo a Germán Rodríguez.
El homenaje tuvo lugar en Iruñea, a las 13.00 horas y junto a la estela que le recuerda. A lo largo del acto se han coreado consignas como “Herrira ez du barkatuko” (El pueblo no perdona) o ‘Policía asesina’.
En el comunicado leído se dijo, entre otras cosas: “seguimos firmes en nuestro empeño» para exigir «verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición”.
Cabe recordar que, el día que asesinó a Germán Rodríguez, la policía hizo 130 disparos de balas y 7.000 de materiales antidisturbios.
Lo recuerdo perfectamente. Y la repressión posterior en las manifestacionrs que se organizaron fué terrible.