El régimen de Tel Aviv reconoció, por primera vez el lunes, una “fuerte posibilidad” de que uno de sus soldados matara en mayo a la periodista del canal catarí Al-Jazeera, Shirin Abu Akleh. Sin embargo, ha asegurado que no abriría una investigación contra ninguno de sus soldados presentes en el incidente.
En reacción, el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) dijo que el informe del régimen sionista es un nuevo intento de evadir su plena responsabilidad por el crimen de este asesinato, que todas las evidencias indican que fue llevado a cabo por los ocupantes.
“El asesinato de Shirin Abu Akleh por parte del ejército de ocupación es un crimen a gran escala por el que el régimen de ocupación debe rendir cuentas y no se le debe permitir escapar del castigo”, dijo el portavoz de HAMAS, Hazem Qasem, a través de un comunicado publicado el mismo lunes.
El movimiento palestino ya había denunciado el domingo que el régimen es directamente responsable de la muerte intencional de Abu Akleh, exigiendo una investigación internacional independiente sobre el asesinato para castigar a los autores de este crimen.
A su vez, la familia de Abu Akleh también dijo el lunes que está “dolida, frustrada y decepcionada” por la decisión de Israel de no abrir una investigación criminal sobre la muerte de la reportera.
“Como era de esperar, Israel se ha negado a asumir la responsabilidad por el asesinato de Shireen. Nuestra familia no está sorprendida por este resultado, ya que es obvio que los criminales de guerra israelíes no van a investigar sus propios crímenes”, dijo la familia, denunciando que Israel emitió una declaración que trató de oscurecer la verdad y evitar la responsabilidad por el asesinato de la periodista palestino-estadounidense.
Abu Akleh fue asesinada a tiros por soldados israelíes el 11 de mayo, mientras cubría una redada de las fuerzas israelíes en Yenín, en la Cisjordania ocupada, según colegas y testigos que estaban presentes en el lugar. El asesinato de la reportera palestina ha desatado rechazos y condenas tanto a nivel nacional como internacional.
Su muerte también provocó llamados generalizados para una investigación independiente. Por su parte, las autoridades palestinas y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han destacado la necesidad de que la ocupación israelí rinda cuentas por este horrible crimen, pidiendo llevar a los responsables ante la justicia internacional. Mientras tanto, la policía israelí ha anunciado que no investigará la muerte de la periodista.