Uno de los instrumentos científicos adjuntos del costoso y potente telescopio espacial James Webb de la NASA falló a mediados de enero, por lo que «actualmente no está disponible para observaciones científicas», según comunicó la agencia espacial.
El generador de imágenes de infrarrojo cercano y el espectrógrafo sin rendija (NIRISS, por sus siglas en inglés) «experimentaron un retraso en las comunicaciones dentro del instrumento, lo que provocó que su software de vuelo se agotara».
La NASA y la Agencia Espacial Canadiense están trabajando conjuntamente para determinar y corregir la causa del retraso. La NASA afirmó que «no hay indicios de ningún peligro para el hardware, y el observatorio y otros instrumentos gozan de buena salud». El problema técnico ha obligado a la agencia espacial estadounidense a reprogramar sus observaciones.