¿Cómo se llama cuando un embajador de Canadá justifica la colocación de una bomba en un café para matar a un destacado miembro de los medios de comunicación y que hiere a decenas más? ¿Diplomacia?
A principios de esta semana, el embajador de Canadá ante la ONU excusó la voladura de un café ruso para matar a un comentarista a favor de la guerra. La declaración de Bob Rae destaca la escalada de tensiones en Ottawa.
El 2 de abril, el destacado bloguero Vladlen Tatarsky fue asesinado en San Petersburgo. La bomba hirió a otras 31 personas en el café donde estaba hablando.
Dos días después, el identificador de Rusia en las Naciones Unidas tuiteó:
No escuchamos ninguna reacción al asesinato del periodista Tatarsky de la comunidad internacional, la ONU o las organizaciones de periodistas.
Hay selectividad a la hora de evaluar lo que les pasó a los periodistas aquí y allá. Habrían comentado si no hubiera sido un periodista ruso.
En respuesta, el embajador Rae tuiteó:
Porque no era un ‘periodista’. Era un propagandista vitriólico, un propagador de odio y desinformación con antecedentes penales. Los periodistas rusos están en el exilio o en la cárcel.
Tatarsky nació y trabajó en la región de Donbass, en el este de Ucrania.
En 2014 fue liberado de la cárcel y luchó en la guerra civil desatada por el derrocamiento del presidente electo Viktor Yanukovich respaldado por Canadá.
Independientemente de lo que uno piense de sus puntos de vista militaristas extremos, ¿fue correcto asesinar al comentarista de alto perfil?
E incluso si uno considera a Tatarsky un objetivo legítimo, ¿Qué hay de las 19 personas hospitalizadas por la bomba? “Bob Rae apoya el bombardeo de civiles en los cafés”, opinó un comentarista.
Si bien Rae considera a todos los periodistas en Rusia “propagandistas”, la gran mayoría de los periodistas canadienses y estadounidenses también promovieron las guerras de Irak, Libia y Afganistán.
Según una investigación reciente de Davide Mastracci, ” los consejos editoriales han apoyado los esfuerzos de cambio de régimen y guerra de Canadá desde la Primera Guerra Mundial el 98 por ciento del tiempo”.
¿Está bien bombardear los cafés donde hablan Terry Glavin o Andrew Coyne?
Como tuiteó un comentarista, según esta lógica, la mera presencia de Thomas Friedman en un café justifica plenamente un bombardeo con bajas colaterales.
(Según la lógica de Rae, él mismo es un objetivo legítimo. Como el crítico liberal de asuntos exteriores Rae promovió agresivamente el bombardeo de Libia por parte de la OTAN en 2011.
Un año antes de impulsar la guerra en Libia, Rae se alió con el primer ministro Stephen Harper para extender la ocupación de Afganistán más allá de un límite anunciado. retirada de tropas en 2011.
También justificó la invasión de 2004 para derrocar al presidente electo de Haití y ha apoyado incondicionalmente la violencia de Israel contra los palestinos).
El identificador de Twitter de Rusia en Canadá vinculó la reacción de Occidente sobre el asesinato de Tatarsky con el asesinato en agosto de la periodista Dasha Dugina. (No está claro si la destacada reportera era el objetivo planeado o si la bomba estaba destinada a su padre, un conocido intelectual nacionalista ruso).
A pesar de su promoción declarada de la libertad de prensa mundial, Ottawa también guardó silencio sobre el asesinato de Dugina.
En respuesta a Rae, la periodista Camilla Escalante tuiteó: “ Es alarmante que el embajador Bob Rae justifique el terrorismo y el asesinato de un periodista cuando los canadienses están en la misma lista de asesinatos”.
Escalante se refiere a Eva Bartlett, que está en la “lista de asesinatos” semioficial de Ucrania, que incluía a Tatarsky, Dugina y otros que el sitio ahora etiqueta como “liquidados”.
El lunes, el Kyiv Independent informó que el gobierno ucraniano ha determinado que el reportero militar más destacado de Canadá es “indeseable”. Establecido en 2021 con $ 200,000 del gobierno canadiense, el titular de Kyiv Independent decía: “ Periodista canadiense calificado como ‘persona indeseable’ en Ucrania.
David Pugliese llamó la atención de los funcionarios de Kiev debido a sus escritos para el Ottawa Citizen, que a menudo se hacen eco de los puntos de conversación del Kremlin”.
La historia cita a funcionarios anónimos ucranianos y canadienses criticando a un periodista que ha estado en el Ottawa Citizen durante más de tres décadas.
Concluye con un funcionario canadiense anónimo que señala: “ Glenn Greenwald , Tucker Carlson y otros han sido identificados por los observadores de los medios, pero Pugliese no ha recibido la atención escrutada que debería, ya que es un riesgo potencial, ya que parece que él está llevando agua para el Kremlin”.
¿Es este un paso hacia la aparición del nombre de Pugliese en la lista de asesinatos?
La reciente declaración de Rae no es su primer comentario extremo, decididamente poco diplomático, sobre Rusia. Dado que hay poco rechazo por parte de los principales políticos o medios de comunicación, sigue escalando.
Rae está siguiendo y dando forma a la posición del gobierno canadiense. Recientemente, la ministra de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, pidió un cambio de régimen en Moscú y descartó el intento de China de negociar una tregua y negociar un acuerdo de paz.
En la cumbre de la OTAN de esta semana, Joly repitió su posición infantil de que “Rusia necesita salir de Ucrania y China necesita decirle a Rusia que salga de Ucrania”. En Bruselas, Joly también lideró el impulso para la adhesión de Ucrania a la alianza.
Con más de 100.000 soldados rusos amontonados en la frontera, Joly viajó a Kiev en enero de 2022 para promover que Ucrania se uniera a la OTAN, sabiendo que esto aumentaba la probabilidad de guerra. Catorce meses después, Joly sigue aumentando las tensiones.
¿Dónde termina esto? ¿Cuál es la rampa de salida?
Por Yves Engler
Le llaman daños colaterales.No les importa nada a estos terroristas fascistas nazis chupa nalga nazi
Realmente es vomitivo todo lo que sale de la Canadá oficial, vergonzoso y asqueroso…e infantil también, son como unos hijos grandes y descerebrados de la dictadura del su vecino
Siguiendo esa teoría a varios “juntaletras” de El País habría que mandarles junto a Bandera.
Y supongo que también a unos cuantos de ArgBC, El infraMundo o La sinRazón.
Repugnante oportunista este “$r”