«El primer objetivo era marcar nuestra presencia en América Latina. Era muy importante demostrarla en medio del antagonismo y la complicada relación con Occidente y frente a las presiones por parte de Washington», opinó Rozental.
El itinerario de la gira, según el experto, no era casual: Cuba, Nicaragua y Venezuela son aliados tradicionales con los que Rusia mantiene intensos vínculos políticos, económicos y comerciales.
«También Brasil es un país relevante para nosotros. El presidente Lula da Silva es bastante activo a la hora de recuperar para Brasil un lugar en la diplomacia de alto vuelo y formula iniciativas importantes, particularmente para resolver la crisis de Ucrania», señaló Rozental.
Para Rusia, agregó el director del ILA, es importante coordinarse con estos países, elaborar enfoques comunes a diferentes cuestiones y abordar nuevas formas de cooperación.

