Un grupo de científicos descubrió que las muestras del asteroide Ryugu recogidas por la misión Hayabusa2, de la Agencia Espacial Japonesa, contenían unos trozos de polvo estelar anteriores al nacimiento del sistema solar, según un artículo publicado el 14 de julio en Science Advances.
Así, es probable que los fragmentos de material de Ryugu procedan de los bordes helados del sistema solar y no del propio asteroide. Ann Nguyen, investigadora del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, ha afirmado que el hallazgo «es realmente único», porque este nuevo tipo de material puede arrojar luz sobre la dinámica del material del sistema solar exterior.
«Mi objetivo de investigación son los granos presolares», expresó la científica, en referencia a diminutas partículas de material que se formaron a partir de las cenizas de estrellas moribundas. Estos granos contienen isótopos diferentes de los formados por el Sol, lo que delata su extraño origen.
¿Cómo se realizó la investigación?
El equipo de investigadores examinó dos muestras del asteroide, cada una de ellas de menos de un milímetro, después de que seleccionó unas astillas de roca llamadas clastos que destacaban del resto de la muestra de Ryugu.
Tras realizar pruebas mediante microscopios electrónicos de barrido y otras técnicas de imagen, los científicos determinaron que los clastos eran químicamente diferentes de otro material, con menores contenidos de oxígeno, magnesio y silicio, así como mayores cantidades de hierro y azufre.
Fragments from the asteroid #Ryugu contain abundant amounts of presolar “stardust,” including silicon carbide and organic materials from before the Sun’s creation, a new study in @ScienceAdvances reports. https://t.co/GPxRo0kUn9 pic.twitter.com/uj2usNqaAj
— Science Magazine (@ScienceMagazine) July 14, 2023
Además, en ellos se encontró que la concentración de granos presolares era más alta en comparación a otras muestras del asteroide. Estos granos contienen carburo de silicio, que se destruye fácilmente con el agua, además de una abundancia extra de materia orgánica.
¿Qué significa esto?
El análisis realizado muestra que estos granos no formaban parte originalmente del cuerpo de Ryugu. De acuerdo con los astrónomos, en realidad eran trozos de un cometa que se formó en el cinturón de Kuiper del sistema solar exterior, donde las condiciones eran frías y secas. Entonces, los granos se esparcieron sobre los escombros que formaron Ryugu en algún momento entre la destrucción del asteroide original y la formación de la pila de escombros.
«Entre estos sucesos, fue recogiendo otros amigos procedentes de otros cuerpos, de diferentes partes del sistema solar«, señaló Nguyen. Aún no está claro cómo llegó a Ryugu material procedente del sistema solar exterior, pero hay una teoría de que el asteroide se formó lejos del Sol y cerca del cinturón de Kuiper. «Es interesante visualizar cómo surgió este asteroide y qué recogió por el camino», agregó la investigadora.
Los clastos pueden revelar de qué estaban hechos los ingredientes inalterados que formaron el sistema solar. «Si queremos comprender los ingredientes a partir de los cuales se formó el sistema solar, los ingredientes originales, necesitamos encontrar estos rarísimos clastos inalterados. […] Este es uno de ellos», declaró el cosmoquímico Philipp Heck, del Museo Field de Historia Natural de Chicago.
El asteroide Ryugu
La misión Hayabusa2 abandonó la Tierra en 2014 y alcanzó su posición estacionaria sobre el asteroide Ryugu (162173) en junio de 2018, después de viajar 3.200 millones de kilómetros en una órbita elíptica alrededor del Sol. Un año después aterrizó dos veces en el planetoide y recolectó las muestras que trajo a nuestro planeta a finales de 2020.
El Ryugu se compone de una «matriz hidratada» que incluye materiales como arcilla, con compuestos a base de carbono incrustados en todas partes. De acuerdo con los especialistas, se formó a partir de los escombros de un asteroide mayor, que se rompió en una colisión.
Un estudio previo reveló que el asteroide contenía compuestos orgánicos nitrogenados que forman parte del ácido ribonucleico (ARN), una molécula polimérica esencial en diversas funciones biológicas de codificación, decodificación, regulación y expresión de genes.