La construcción de una terminal de gas natural licuado (GNL) en el puerto alemán de Wilhelmshaven se está viendo obstaculizada por una situación inesperada: la zona de las obras está plagada de bombas de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, informa ‘The New York Times’.
“Hemos encontrado todo tipo de municiones: alemanas, británicas, holandesas, francesas, de todo tipo”, declaró Dieter Guldin, director general de SeaTerra, empresa especializada en localizar y desactivar artefactos explosivos sin detonar.
Según la publicación, en la zona se encontraron entre 150 y 200 bombas, granadas y minas sin detonar, de las cuales se espera destruir in situ unas 30.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la fuerza naval alemana estaba estacionada en el puerto de Wilhelmshaven, por lo que la zona fue bombardeada con frecuencia por Estados Unidos y la aviación británica. Al final de la guerra, Wilhelmshaven se convirtió en un vertedero de municiones en desuso.
Europa redujo las importaciones de gas ruso tras la escalada de la crisis ucraniana, lo que provocó un aumento de la demanda de GNL procedente de Estados Unidos y otros suministradores. En 2021, el volumen total de contratos de suministro de GNL estadounidense a otros países era de unos 13 millones de toneladas al año. En 2022, este indicador se multiplicó casi por cuatro, hasta 51,2 millones de toneladas.
Sputnik / elcomunista.net
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