En la jornada del 30 de agosto de 2023, se hacía eco todo el mundo de un nuevo alzamiento militar en la África francófona. Después de Burkina Faso, Guinea, Malí y Níger, esta vez ha sido en Gabón contra el gobierno en manos de la familia Bongo que lleva más de 50 años en el poder. Ayer mismo nos hacíamos eco de forma destacada en Insurgente.[i]
Ali Bongo salía reelegido una vez más desde que gobernara por primera vez en 2009, tras unas elecciones a todas luces fraudulentas. Más allá de la situación interna de Gabón y de los factores más locales que allí entran en juego, que desconocemos en gran medida, fijamos nuestra atención en cómo se le está revolviendo como nunca a Francia su particular patio trasero africano… lo que se conoce como la Françafrique.
De momento el país galo no ha dudado en condenar este “Golpe de Estado”. Normal que en las esferas de poder del país vecino estén saltando todas las alarmas. Pero no porque los principios de la revolución francesa estén en peligro, sino por algo mucho más imperialmente pragmático.
Si los intereses económicos de Francia en Níger pasaban por sus reservas de uranio, principalmente en Gabón los galos encuentran manganeso (material imprescindible en fabricación de acero y otros componentes) y petróleo. Así, por ejemplo, la minera francesa Eramet, ha parado su producción tras la toma del poder por la nueva junta militar[ii].
Ciertamente es mucho lo que supone para Francia, a nivel económico y de influencia, ir perdiendo todo este poder en sus ex colonias africanas.
Habrá que estar atentos a cómo evoluciona la situación y cómo, además, este “efecto contagio” de insurrecciones entre los países africanos puede contribuir a nuevas situaciones en las relaciones geopolíticas más allá de los particulares intereses neocoloniales franceses.
Recién me doy cuenta con este lúcido artículo el desgraciado rol de colonización, en la dolida África subyugada por Francia. Aquí, somos colonizados mentales. En la secundaria, se estudia francés o inglés y entonces, te despiertan el deseo y la admiración, te bajan la autoestima de vivir en América del Sur. En 1992, al cumplirse los 500 años de la sangrienta colonizacion de América, y con el Premio Nóbel de la guatemalteca Rigoberta Menchu comencé otra historia.
África! Querida África! Con hijos esclavizados en todo nuestro continente, hoy despiertas, acompañada de países amigos!!!!!
Me parece interesante ver qué mientras en el África francófona parecen ser los militares nacionalistas la parte progresista de la ecuación y estar utilizando el “golpe de Estado” como el instrumento de restitución de la soberanía de los pueblos. En tanto, en América Latina, es el lawfare, el golpe jurídico- mediático (con el apadrinamiento yanki), el utilizado para deponer o intentar derrocar gobiernos progresistas (Perú, Colombia y en Guatemala, dónde recién ganó Semillas con Arévalo y las instancias corruptas y oligárquicas lo quieren deponer aún sin tomar posesión).
Lo que fueron los golpes militares de ingrata memoria para AL, se convierten en alternativa en África y recuerda a la “Revolución de los claveles” de 1974 en Portugal y que allanó el camino a las independencias de Angola, Mozambique y Guinea Bissau ( con la presencia solidaria cubana). Lo que habremos de ver, siempre que se derrote al capitalismo. (Mi esposa dice que tengo patas de trol, así que no sé si hagan caso a mi comentario).