Casi una “colonia”: ¿110 años después de la apertura del Canal, Panamá sigue “a la sombra de EEUU”?

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Considerado una de las mayores obras de ingeniería del mundo, el Canal siempre está en el centro de las tensiones políticas, económicas y sociales. Bete Herrera, periodista y profesora panameña, se pronunció sobre las dificultades que enfrentó la construcción del Canal y las consecuencias de su control por parte de EEUU hasta finales del siglo XX.

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Armando Holanda (Sputnik).— La historia de Panamá está marcada por las luchas por la soberanía. Tras liberarse de España y unirse a Colombia, el país se encontró en medio de complejas negociaciones para la construcción del Canal, lideradas inicialmente por una empresa francesa. Sin embargo, gracias a la intervención de EEUU, que veía en Panamá una posición geográfica estratégica, la construcción salió finalmente adelante.

 

“Estados Unidos prometió apoyar la independencia de Panamá de Colombia a cambio del control del Canal”, explicó Herrera, destacando el Tratado Hay-Bunau Varilla, que “daba a Estados Unidos el derecho a estar en Panamá a perpetuidad, en un territorio en el que los panameños no tenían derecho a entrar”.

“Construyeron escuelas, construyeron iglesias, universidades. Y los estadounidenses que trabajaban en esa zona vivían una vida de lujo. Tenían todas las comodidades. Había una cierta división de categorías, porque para la construcción del Canal vino a trabajar gente de Jamaica, gente de Haití, africanos, gente de todo el mundo. Pero a los americanos se les pagaba en oro y a las otras categorías en plata. También se cuenta que teníamos una cierta situación de apartheid, porque los negros no podían utilizar los mismos autobuses que los americanos blancos”, relató.

Esta prolongada presencia estadounidense en Panamá, que condujo a la dolarización de la economía panameña, también dio lugar a una especie de colonialismo moderno, según la periodista.

“Colocaron bases militares en el territorio y controlaron toda la situación en América Latina, de la que Panamá es un punto estratégico. Por supuesto, algunos dirán que, gracias a la presencia estadounidense, Panamá tuvo una economía dolarizada y cierto crecimiento económico. Pero también teníamos un Estado, éramos prácticamente una colonia de Estados Unidos”, señaló.

Esta situación insostenible, según la experta, desembocó en una lucha para que el Canal pasara a manos de los panameños, que desembocó en la firma de un nuevo tratado en 1979, que determinó la salida de los estadounidenses a finales de 1999.

A pesar de este cambio de control, de acuerdo con Herrera, “sigue habiendo una intervención, una intervención indirecta en las decisiones importantes del país”.

“Podría ser que las consecuencias actuales sean que cada vez que entra un nuevo Gobierno, está a la sombra de Estados Unidos. El Gobierno siempre tiene que apoyar las decisiones americanas, indirectamente, porque parece que dependemos económica, cultural y emocionalmente de los estadounidenses”, enfatizó.

Otros problemas

Hoy en día, el canal de Panamá se enfrenta a retos cada vez mayores, especialmente debido a la variabilidad climática, destacó, a su vez, Vitor Cabral, doctorando en relaciones internacionales e investigador del Boletín Geocorrente y del Multilateralismo y Derecha Radical en América Latina.

Sobre todo, destacó las frecuentes sequías que afectan al suministro de agua del lago Gatum, esencial para el funcionamiento de las esclusas.

“El Canal depende del lago Gatum, que además abastece a casi la mitad de la población del país. La sequía amenaza directamente el funcionamiento del Canal y, en consecuencia, repercute en la economía global”, afirmó.

En un contexto en el que las alternativas al canal de Panamá están cobrando relevancia, Cabral mencionó el Corredor Interoceánico Mexicano, como un proyecto prometedor. “Es una ruta terrestre de 300 kilómetros que conecta dos puertos importantes, ofreciendo una alternativa a Panamá, aunque con desafíos logísticos”, aseveró.

El experto también comentó otros proyectos en desarrollo en el continente americano, como un ferrocarril en Colombia y el Corredor Bioceánico de Capricornio, que atravesaría Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia y Chile.

“Estas iniciativas buscan crear alternativas al canal de Panamá, pero se enfrentan a retos geográficos y económicos considerables”, recalcó, señalando la posibilidad de que surjan nuevas rutas en el Ártico debido al deshielo de los glaciares.

El investigador enfatizó la necesidad de medidas concretas para mitigar estos impactos climáticos, mencionando la construcción de nuevos embalses de agua como una de las alternativas en discusión.

“Existe esta preocupación de tener una alternativa viable allí”, dijo, subrayando que el Gobierno panameño está buscando soluciones para minimizar los efectos de las sequías y garantizar la continuidad del comercio a través del Canal.

El impacto medioambiental de la construcción del Canal también ha sido significativo. Las comunidades indígenas fueron desplazadas, y la construcción de nuevas esclusas generó divisiones en la población, preocupada por los efectos ecológicos y la desigual distribución de los beneficios económicos.

“Aunque el Canal sigue ampliándose para satisfacer la demanda mundial, los beneficios rara vez llegan a las clases más bajas”, afirmó Herrera.

Además de la cuestión climática, Panamá afronta retos como la crisis migratoria, con un gran número de ciudadanos de otros países latinoamericanos que buscan refugio en el país, y problemas de corrupción que merman el desarrollo social.

Por otro lado, según Herrera, la creciente presencia de China, especialmente en el comercio, también está aportando nuevas dinámicas a la escena panameña, mientras que el turismo se está consolidando como una importante fuente de ingresos, atrayendo visitantes con sus hermosas playas y oportunidades de compras libres de impuestos.

Agregó que a pesar de los retos, Panamá sigue siendo uno de los países más desarrollados de Centroamérica, con una economía centrada en los servicios, especialmente los relacionados con el Canal. Pero “la pobreza se esconde bajo la brillante superficie de la capital, con sus modernas infraestructuras y rascacielos, mientras persisten los problemas sociales”, señaló el periodista.

El canal de Panamá desempeña un papel crucial en el comercio mundial, siendo la segunda ruta marítima artificial más importante del mundo después del canal de Suez. Responsable de entre el 3% y el 5% del comercio mundial, el Canal conecta el océano Atlántico con el Pacífico, facilitando el transporte de carga entre continentes y reduciendo significativamente el tiempo y los costes de flete.

Alrededor del 46% de todos los contenedores que salen del noreste de Asia y se dirigen a la costa este de Estados Unidos pasan por esta ruta. Construido a principios del siglo XX en interés de Estados Unidos, el Canal se inauguró oficialmente el 15 de agosto de 1914, cuando pasó por él el primer barco. Pero la historia de su creación está llena de acciones desestabilizadoras y de influencia directa de Washington en América Latina.

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