Esa organización denunció en un comunicado que se trata de un acto vandálico y criminal “por parte de un sector fascista que no acepta la voluntad de los venezolanos y las venezolanas e insiste en seguir con sus planes golpistas”.
Según afirmó el bloque, de esa manera se afectó gravemente el bienestar y desarrollo del pueblo, pues la acción dejó consecuencias en la salud física y psicológica de los ciudadanos, impidió el desenvolvimiento de su rutina habitual, la adquisición de alimentos y medicinas, y también el trabajo.
“La Alianza Bolivariana apoya todas las acciones del gobierno venezolano para recuperar la normalidad, determinar los responsables y devolverle la tranquilidad a un pueblo noble y trabajador, que ha sabido superar cada ataque con mucha resiliencia y que no tiene otro horizonte que el progreso y el bienestar”, acotó.
Finalmente, repudió de forma contundente lo que calificó de una violación directa, descarada y flagrante de los derechos humanos del pueblo venezolano y exigió el cese del hostigamiento al país suramericano.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció que sectores de la extrema derecha local e internacional atacaron la central hidroeléctrica del Guri, ubicada en el sureño estado de Bolívar.
En una reciente intervención televisada, informó Maduro sobre el restablecimiento de gran parte de servicio en el territorio nacional y en sectores priorizados como la salud y el comercio, además del despliegue de un dispositivo para preservar el orden público.